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lunes, 28 de marzo de 2016

Carrera de Montaña Alto Sil 2016

Apenas faltan un par de minutos para las 5 de la mañana y salto de la cama con la agilidad de un Puma de los Andes.
Este soy yo  saliendo de la cama el día del Alto Sil
Es un día especial, por fin ha llegado  la carrera que con tanto anhelo he esperado durante los 364 días previos del año y los nervios apenas me han dejado conciliar el sueño. Ducha, desayuno rápido y en ruta.

Hoy el bisonte irá al volante, llevando como compañeros de expedición al "tigre" Dieguez, al "corzo" Salva, al "galgo" Baños y al difícilmente clasificable Cañi, que en apenas 5 años  ha pasado de rinoceronte a jabalí y de jabalí a rebeco. Bajo la pertinaz y persistente lluvia del exterior, emprendemos este particular viaje de pirados de la montaña, que con semejante fauna a bordo más bien parece una versión cazurra del Arca de Noe.

Es llegar a Santa Cruz del sil y respirar ambiente de carrera de las buenas. La recogida de dorsales, el desayuno en la carpa y los instantes previos a la salida emocionan por el hecho de poder saludar e intercambiar unas palabras con muchos corredores, que como me sucede con el animado e irreductible clan gallego de los Coutadas Trail Team, solo veo en esta prueba a lo largo de toda la temporada. Y sin darte cuenta ya estás preparado, has pasado el control de chips y estás metido en el cercado a la espera de que den la salida con más nervios que Sergio Ramos ante un examen de primero de  la ESO.

La salida se retrasa unos 5 minutos porque estamos esperando a  un guaje de un pueblo vecino, un tal Manu Merillas (nuestro particular Kilian Jornet leonés), que aparte de buen rapaz, es un corredor excepcional y al que todos esperamos ver algún día, cada vez más próximo, siendo  campeón del mundo de la disciplina. No hay prisa, hace menos de 3 semanas estaba fuera de la carrera por problemas con el tendón de de aquiles, así que vengo a disfrutar de cada segundo de esta prueba como si fuera el último.
Salida de la prueba en compañía de Paquito y custodiado por nada menos que 3 corredores escoba
Cuenta atrás y mis 450 compañeros de aventura salen al galope. Inmediatamente se forman 2 pelotones claramente diferenciados: el primero compuesto por la practica totalidad de los participantes y ya descolgados desde el primer metro de la prueba, un segundo y pintoresco grupo.

Saliendo de Santa Cruz del Sil siguiendo el ritmo que marcan los 2 "ratones" contratados para la ocasión.
Yo en mi linea habitual, salgo en última posición y a ritmo de corredor nonagenario, por lo que evidentemente me inserto en el segundo pelotón. A mi izquierda llevo a Paquito, justo a mi espalda 3 corredores escoba... ¿3 escobas? ¡pero Lolo, que es esto! Tienes más empleados de limpieza tu en Santa Cruz del Sil que Carmena en todo el Ayuntamiento de Madrid y justo por delante y marcando el ritmo van  2 corredores disfrazados de Minnie Mouse (Laurina y Chuso). ¿Has dicho 2 ratones (o ratitas)? efectivamente, en el atletismo profesional se utilizan liebres para ir más rápido y en el tractorismo ratones. Al fin y al cabo los ratones si te despistas  te comen la cosecha y los tractores somos tecnología punta la servicio del mundo agrario, así que de una forma  natural todas las piezas encajan.
Comenzando la ascensión a La Chañada en el pintoresco pelotón de los elegidos 
Ascendiendo al Alto de La Chañada bajo la atenta supervisión de los corredores escoba
Sabedor de mis limitaciones físicas, el primer pico lo subo al ralentí y tratando de gastar el menor combustible posible. Charlando a ratos con Paquito, a ratos con  la eternamente joven Carmen Corujo de los viejos tiempos y llegando a cumbre en compañía de  Javi Reguera, la ascensión se me hace cortísima y consigo coronar La Chañada en 36':03" (km 3).

Comenzamos la bajada del cortafuegos y este año  me lo tomo con mucha calma,  aprovechando para disfrutar y recrearme con de la fantástica vista del imponente cortafuegos que tengo enfrente  y por donde asciende una interminable  fila de corredores convertidos en hormigas de colores. Llegamos abajo, cruzamos el riachuelo (48':14" y 3,95 kms) y ya con los pies empapados nos enfrentamos al imponente y temido Muro.  A ritmo procesional y sin alardes de ninguna índole, asciendo los aproximadamente 560 metros y los 200 metros de desnivel positivo que nos separan del primer avituallamiento de la jornada. Arriba el reloj marca 1h:01:56" (km 4,5). Minuto arriba, minuto abajo, voy  igual que todos los años.
Vista cenital del cortafuegos conocido como "el Muro"
Mis 2 "liebres" ...o más bien "ratitas" particulares  (Chuso y Laurina) coronando el Muro
Comienza la bajada y enseguida percibo que algo no va bien en la carrera. Escucho voces y noto mucho nerviosismo. Un poco más abajo me cruzo con un corredor que sube corriendo en dirección contraria (me pareció reconocer al bueno de Simon Allen) y que nos comenta que hay un corredor accidentado unos 200 metros más abajo. Llegamos a ese punto y experimento la peor situación que yo haya vivido en mi condición de corredor de montaña hasta este momento. Tendido en el suelo hay un corredor, se encuentra consciente pero muy aturdido, tiene la cara ensangrentada y se encuentra completamente inmóvil, está tiritando de frío y nervios pese a que le acaban de cubrir con una manta térmica. Pregunto como puedo ayudar, si necesitan antinflamatorios que llevo en la mochila y me ofrezco para ayudar porteando la camilla con el accidentado si fuese necesario. Me dicen que está todo controlado, que el corredor que le sostiene la cabeza es médico y que están esperando las asistencias para sacarlo en helicóptero. Aquí nada puedo aportar y hay una máxima en montaña, y en la vida en general, que dice "que si no puedes ayudar, lo más prudente es no molestar", así que con muy mal cuerpo y un susto de la ordiga,  inicio lo que queda de descenso con mucha más prudencia de lo habitual. No puedo evitar pensar en la salud del corredor accidentado y no me cuesta lo más mínimo ponerme en su piel. Si esta es la situación más dramática que me ha tocado vivir hasta ahora, apenas 150 metros más abajo me encuentro con la más cómica y surrealista. Veo subir a 2  miembros de la Cruz Roja andando cuesta arriba por el cortafuegos y al pasar por su lado,  veo que a uno de ellos le viene empujando por la espalda un corredor en pantalón de deporte y camiseta para ayudarle a avanzar más rápido. Esto es lo que se debe de conocer como vehículo médico autopropulsado. Si Santiago Segura viera lo aquí  sucedido, no dudaría en incluirlo en la próxima entrega de  Torrente.

Llego abajo en el momento en que Alex Santos, que viene aquejado de problemas musculares, me alcanza. En su compañía recorro los siguientes 2-3 kms  a ritmos de 4:30 min/km, que son demasiado elevados para mi, así que en cuanto comienza la cuesta arriba me detengo y subo andando.
Pista ascendente que discurre paralela al río  y conduce hasta el pueblo de  Páramo del Sil
Estamos a apenas un kilómetro de Páramo y tras un árbol en la ribera del río, se me aparece por sorpresa y como si de un  Trasgu se tratase, el bueno de Tomás Baños que ha decido parar en boxes para aligerar peso aquejado de problemas de "combustión interna".
Cuesta de entrada al pueblo de Páramo del Sil



Apenas 100 metros más adelante alcanzo a mi habitual compañero de aventuras Cañi y ya con él voy hasta el segundo avituallamiento del día.

A Páramo se entra por una cuesta empedrada donde hay mucho público. Los gritos de ánimo y la presencia de fotógrafos me hacen venirme arriba y subir corriendo a buen ritmo, aún consciente de que el postureo va acabar conmigo y que arriba me tendrán que poner oxigeno los voluntarios de la  Cruz Roja para  poder continuar. Un último arreón al recibir los ánimos de mi fotógrafa favorita Bosena que ha prometido sacarme guapo y ¡alley hop! ya estoy  en la calle principal de Páramo. 

Galopando por postureo en la cuesta de acceso a Páramo del Sil
Entrando en el  avituallamiento me encuentro a Nary Ly, nuestra maratoniana olímpica que ya es una leonesa más, que me anima efusivamente. Apenas quince días atrás era  mi hijo quién le pedía un autógrafo y hoy quién será primera atleta en la historia de Camboya en disputar unos juegos olímpicos, se encuentra  ofreciendo su ayuda y sus ánimos al más popular de los atletas que compiten en Alto Sil.  Este tipo de detalles son los que hacen grande este deporte ¿o acaso os imagináis a Cristiano Ronaldo en el Pozo del Tio Raimundo animando a los jugadores de un equipo de segunda regional?¿A que no? pues es esa humildad lo que marca la grandeza de esta gran persona ¡Thank you very much Nary!.

Parada más rápida que en ediciones previas en el avituallamiento y  arranca  la subida al coloso alpino de la jornada. El reloj marca 1h:36.53" y todavía estoy aproximadamente en el km 9,3 de la carrera. La primera mitad de la subida a la Campona discurre por un cómodo sendero sin pendientes reseñables y en buen estado, más delante atravesamos un tramo de ascensión entre escobas y tras cruzar una amplia pradería de montaña entramos en la parte más dura de la ascensión, momento en el que me cruzo con un corredor que viene caminando  en sentido contrario
- Hombre Bisonte ¿que tal?
-  Hola compañero ¿que te ha pasado?
- Vengo algo mareado  y he preferido dejarlo
- Una pena Iván, ánimo y nos vemos en meta

El Alto Sil es una carrera muy dura y empieza a reclamar el peaje habitual en cuanto a abandono de corredores. En esta ocasión se trata de Ivan Lugris, un muy buen corredor de montaña gallego al que por fin he tenido el gusto de conocer en persona, aunque sinceramente hubiese preferido conocerle en meta . Continuo la ascensión de manera muy cómoda y  llegando a la cota 1400 metros empezamos a pisar nieve. Voy en solitario y lo vivido me recuerda la primera edición. Que sensación de libertad te ofrece correr en solitario por estos hermosos parajes nevados y envuelto por ese halo de misterio que aporta la niebla. 
Samu Obaya en el Alto de La Campona
Poco a poco asciendo hasta alcanzar el alto de La Campona y a lo lejos empiezo a escuchar por megafonía música en asturiano de Los Berrones. ¡Ufff! no encuentro mejor manera de entrar en un avituallamiento. No pasa ni un minuto de tiempo cuando aparece de nuevo  el bueno de Cañi.  
Nosotros que tenemos mucha más pinta de críticos gastronómicos de  la guia michigrín que de corredores de montaña, juntos y en un avituallamiento... ¡Ya se jodió la marrana! A nosotros que nos gusta más un avituallamiento de mantel y sobremesa, que a Falete un Chuletón de buey con patatinas, en vez de quedarnos en el avituallamiento exterior como el 90% de los corredores, entramos en la cabaña recordando viejos tiempos y nos encontramos con una barra de lomo, una navaja y un hogaza de pan. Nos hacemos fuertes en la mesa y nos tomamos un laaaargo respiro.
Esperando a que nos traigan la cuenta pa volver a correr

Nos ponemos cómodos al calor de la chimenea  y aprovechamos para hablar con 2  compañeros del cumbres de León: Javi Pascual que aquejado de problemas en su tendón de aquiles ha decidido abandonar y está esperando transporte y con Diego Ruiz que viene justo detrás nuestro. Unos 15 minutos más tarde, a falta únicamente de café, copa y puro,  Cañi decide arrancar y yo un par de minutos más tarde tratando de poner en funcionamiento mi MP3. He pasado tanto tiempo en la cabaña, que ya han pinchado por megafonía medio CD de  Raphael y por el camino nos han adelanto Tomás Baños, Carmen Corujo y un numero indeterminado de corredores que vienen a correr y a no de picnic por la montaña.  Estamos aproximadamente en el km 17 de la prueba y el reloj marca  3h:13':31". Tenemos tres cuartos de hora para llegar al cierre de control de Primout.

Acabamos de coronar La Campona, comenzamos el descenso  por el tramo de pista al que le han retirado parte de  la nieve para facilitar el transito de vehículos y llegando al km 19 alcanzo  de nuevo a Cañi, que se había detenido a aligerar peso y aparece aullando como un lobo tras un pino.
Cañi comenzando el descenso a Primout desde el Alto de La Campona (km 18)
Al pasar a su lado le ánimo para que  me siga porque tengo pensado bajar a muy ritmo hasta Primout y para mi sorpresa veo que se queda atrás. Me detengo para preguntarle que le sucede y y me dice que lleva las gafas empañadas y que ve menos que un gato de escayola.  Se me ocurren un montón de alternativas, pintar de blanco uno de mis bastones  y dárselo para que la gente vea que baja uno de la ONCE, agitar unos cascabeles para que trate de orientarse por el oido y finalmente opto por la mas sencilla, esperarle y marcarle el camino a su ritmo. Al fin al cabo, él ha esperado por mi muchas más veces en carrera que yo por él y parece lo justo. Me ajusto el cencerro del cuello y le digo que se ponga a rueda. Es un momento histórico, probablemente sea la  primera vez en la historia de la humanidad que un invidente temporal utiliza un bisonte lazarillo en lugar de un perro. Bajamos tan despacio que hasta nos pide paso un corredor que aparenta tener unos 60 años (creo que además nos han adelantado en esta tramo 2 tejones, un erizo, 3 castores  e incluso una familia de ardillas). Bajamos andando o trotando muy lento  hasta atravesar la portilla de entrada y acceder al pueblo de Primout. En el reloj faltan apenas unos segundos para las 3h:45' (aunque este año nos sobran 15 minutos hasta el cierre de control gracias a los nuevos horarios de la organización).

Unos 5 minutos de parada en el  avituallamiento, tiempo suficiente para enterarnos por los voluntarios de la  Cruz Roja que el corredor accidentado ya está en el hospital de  Ponferrada y que aparentemente no hay daños serios. Comemos, bebemos y  mucho más relajados por la buena noticia del compañero emprendemos de nuevo la marcha.
Paso por la preciosa aldea de Primout
Cañi sigue aquejado de molestias intestinales pero en este tramo ya no le puedo servir de ayuda, así que tras consultarlo con él, decido correr un poco por un tramo que me encanta. Por delante unos 5 kms de falso llano descendente por la ribera del río Primout. Un Tramo ideal para disfrutar corriendo en un entorno precioso.
Tramo de carrera que discurre desde Primout hasta la Braña de Santa Cruz
 Paso por el punto donde hace 3 años y aquejado de unos calambres bestiales en cuadriceps,  me autopractique la punción seca con un imperdible  y sin nada más reseñable que contar alcanzo la Braña de Santa Cruz en 4:21:09".
Angel Rivero cruzando a buen ritmo  el Rio Primout, uno de los momentos más emblemáticos de la prueba
Cruzando el Río Primout sin agarrar la cuerda. Con mi actual peso, la fuerza del agua no representa ningún peligro.
Parada rapidísima, cruzo el río sin agarrarme a la cuerda,  unos 800 metros adicionales descendentes, giramos a la derecha y nos damos de de bruces contra el Pico Negro.
Vista cenital de la subida al Pico Negro
Comienzo el ascenso y decido detenerme para poner en orden mi MP3. Ser bisonte es muy pintoresco, pero el problema es que es muy difícil manejar los aparatos electrónicos si en lugar de manos tienes pezuñas.  No se que narices hice, pero lo cierto es que he borrado casi entera la lista de canciones a reproducir y consciente de que la música me ayudará en la dura ascensión, decido dedicar unos minutos a tratar de solventar el problema. Soy incapaz de arreglarlo y decido probar a poner la radio sin mucha fe, dado lo agreste del terreno por el que transitamos  y para mi sorpresa consigo sintonizar los 40 principales. Arranco de nuevo la marcha, apenas unos 300 metros más arriba suena Justin Bieber y paso por un momento de auténtica zozobra. No se si tirarme cuesta abajo rodando y acabar rápido con mi vida o seguir ascendiendo sumando al sufrimiento físico propio de la ascensión, el sufrimiento psicológico extremo derivado de escuchar a este gato en celo. Tenían que poner un aviso por la radio al estilo de las cajetillas de tabaco que dijera algo así como "escuchar a Justin Bieber durante un esfuerzo prolongado puede comprometer seriamente su salud mental". Un nuevo invitado se suma a la fiesta y la lluvia hace acto de presencia. Primero es una lluvia fina al estilo del orbayu asturiano, para acabar arreciando cada vez con más fuerza. Completamente empapado la sensación de frío se incrementa y a su vez incrementa la dureza inherente a esta dura y eterna ascensión que parece no tener fin. Orgánicamente noto el cansancio acumulado, pero poco a poco voy acercándome a la cumbre. Casi llegando a la cima consigo alcanzar a 2 corredores que van más tocados que yo, les dedico unas palabras de animo ¡vamos chavales, que ya no os queda nada! Es una de las cosas que diferencian este deporte, a estos niveles no hay rivales, sino solo compañeros de expedición y unas palabras de animo siempre se agradecen.
Tramo final de ascenso a Pico Negro
Finalmente consigo coronar y toco  cumbre en 4h:58':24".  Con el frío viento de cara, me giro y me deleito durante unos segundos mirando la subida que dejo atrás. Me emociono recordando lo mucho que he sufrido ascendiendo 5 veces este pico y como aquel que mira su tierra desde la cubierta de un barco mientras se sueltan amarras y te alejas de tierra, siento esa extraña nostalgia o lo que los asturianos llamamos  "señardá" de quien se despide de un lugar que visita por última vez. Con los ojos humedecidos, la cabeza vuelve a coger el mando y trata de poner un poco de orden ¡vamos a ver Bisonte! ¡arranca y déjate de mariconadas que  a ti lo que te pasa es que todavía no te has sobrepuesto al shock de padecer a Justin Biever en un momento de sufrimiento extremo durante al subida!.

Sin más dilación arranco el descenso final
Zach Miller trepndo los últimos metros antes de coronar el Pico Negro
Soy consciente de que ya tengo la carrera  en la palma de mi mano. Tengo una hora y cuarto  hasta cierre de control y solamente unos 6,5 kms por delante, incluso andando lo que queda de prueba lo puedo conseguir. En las 4 ediciones previas me he transformado en zombie durante los primeros kms de descenso, para ver como mis largas piernas se iban acortando paulatinamente para acabar entrando en meta reptando como una culebra, y todo hace indicar que este año no será diferente. Arranco andando el tramo nuevo de bajada entre escobas y para mi sorpresa las piernas aguantan, trote cochinero en un tramo de pista conocido y alcanzo el último avituallamiento de la jornada en la Collada en 5h:12:48".

Cuando voy a arrancar de nuevo veo llegar a mi amigo Paquito. Soy consciente de  que no es buen bajador, así que decido esperar y guiarle en este tramo inicial de bajada  que suele ser bastante complicado. Descendemos como buenamente podemos estos primeros 600 -800 metros y entramos en el sendero de descenso. 4 kms por delante y este año para mi sorpresa voy con piernas, entre la euforia y que tengo más peligro en una bajada sin dificultad técnica  que Melendi borracho en un vuelo trasnoceánico, me despido de Paco y me dejo caer tratando de disfrutar de cada metro como si fuera el último. La bajada está en mucho mejor estado que los años previos. Al entrar en el km 29 me encuentro  un precioso sendero de falso llano entre viejos robles y noto como la euforia me lleva mucho más allá de lo prudente dada mi situación. Alcanzo por momentos ritmos de bajada de 4,20 min/km, asi que la cabeza trata de poner orden de nuevo ¡soooo, Bisonte! Con tu tamaño y tu uniforme de camuflaje, es posible que te estén  viendo desde la estación espacial internacional y eso que está en la estratosfera, baja el ritmo no te vaya a pillar el helicóptero Pegasus de la Guardia Civil.
Un corredor atravesando un tramo de ríachuelo en la bajada final camino de Santa Cruz
Me detengo al paso por un ríachuelo y comienzo a caminar, momento en el que me alcanza de nuevo el fenómeno de Paquito. El Bañezano es un corredor excelso, constante y resistente como pocos. El día que confíe  en sus posibilidades y consiga dominar su cabeza, pegará un gran salto de calidad en ultras porque le sobran piernas y físico. Al otro lado del valle ya  se ve Santa Cruz y se escucha la megafonia de meta. Ya solo nos queda aproximadamente un kilómetro a meta y en este momento ya tengo claro que quiero entra con Paquito en meta. Salimos juntos, hemos compartido muchos kms y es justo que entremos juntos. Un último tramo de descenso, cruzamos el río y por delante ya solo nos quedan 500 metros ascendentes hasta meta.
Rubén Seco cruzando el río para iniciar la subida final  a meta (último km de la prueba)
Alfredo Gil entrando en Santa Cruz (a unos 400-500 metros de meta)
Afortunadamente el aquilés no me ha dado guerra en toda las carrera, pero se ha acabado la gasolina. y llego fundido. En  compaña de Paquito y con los ánimos de la gente por las empinadas calles de Santa Cruz nos aproximamos a meta. Hoy no voy a entrar corriendo, las fuerzas no acompañan y no merece la pena. Unas últimas zancadas y cruzamos la pancarta de meta Paquito y yo..
Alfredo Gil en meta tras ganar la carrera. La prueba es durísima incluso para los corredores pata negra.
Todo un ejemplo de compañerismo: Javi Reguera y Juanjo Prieto entrando juntos en meta. Orgullo del tractorismo leonés.
Por fin el poker de metas en Alto Sil ya es una realidad. Cinco ediciones consecutivas disfrutando, sufriendo y alcanzando esa pancarta de meta que tanto esfuerzo requiere como finisher.

En  meta y para superar los 31,7 km de distancia y los 3640 metros de desnivel global (1820 positivos y 1820 negativos) un  tiempo real de  5h:49:14 (tiempo oficial de 5h:42:57" ) y puesto 382 de la general sobre 419 corredores.en meta (450 corredores en la salida), a casi 3 horas del ganador que fue Alfredo Gil Garcia con un tiempo de 2h:51:19"

Por cerrar el tema estadístico, puesto 131 en categoría Veterano A (o como me gusta definirla  en mi caso particular categoria VIP: viejo e insuficientemente preparado)

Con Cañi y Paquito en meta
Lolo Diez, alma mater y creador de esta carrera por montaña, con la eterna ilusión de un Harry Potter  y con las barbas y la sabiduría del mago Merlín,  lo ha vuelto a  conseguir y nos  ha vuelto a hechizar  con una prueba que ronda lo mágico. Esta carrera tiene ese intangible tan difícil de conseguir y que todas las carreras buscan denodadamente con mayor o menor éxito. Tiene  magia, o dicho de otra manera tiene alma propia, el alma que le dan todos y cada uno de los  voluntarios y habitantes de la comarca con su excepcional y cercano  trato al corredor. Trataré de volver una y mil veces, pero sabedor de que la misión empieza a ser poco menos que imposible, me voy con un maravilloso sabor de boca tras esta quinta participación. Este año he disfrutado cada zancada, cada instante de la prueba y de alguna manera he podido despedirme de la carrera  por si no fuera posible alcanzar plaza el año próximo.

No me quiero olvidar del suceso acaecido con el corredor accidentado en el cortafuegos. Ha habido un grupo corredores (Sebastián, Ángel, Blas, ...) que han sacrificado  la carrera por acompañar hasta el último instante al compañero lesionado y eso que no le conocían de nada previamente. Ellos representan lo MEJOR de nuestro deporte y por la parte que me toca me gustaría darles las GRACIAS por lo que han hecho. Hoy ha sido ese corredor concreto y mañana podríamos ser cualquiera de nosotros. Si por un casual Lolo Diez o  cualquier otro miembro de la organización llegase a leer este post, creo que podría ser  un bonito gesto y honraría a los organizadores si se les pudiera facilitar un dorsal para que pudieran  participar en la próxima edición de la prueba.


Mi último recuerdo es para el "presi" del Club de montaña Cumbres de Léon  Javier Fernandez. Fue la persona que me dio a conocer  esta prueba y con quién compartí expedición mis primeros años, ahora esta´pasando momentos complicados por temas de salud y espero verle muy pronto corriendo para poder compartir de nuevo muchos kms con él . ¡Mucho animo Yeti!


Próxima parada del Bisonte del Carbayedo World Tour 2016: Powerade Bike Race de Léon.


jueves, 17 de marzo de 2016

Camino del Alto Sil 2016

Ya solo quedan 3 días para la disputa mi carrera favorita de la temporada y los nervios empiezan a hacer acto de presencia.  Han pasado casi dos meses y medio desde mi última carrera y el pensamiento que me invade es curiosamente lo relativo que puede ser el  tiempo. Aún siendo una dimensión teóricamente mensurable y objetiva,  algunas veces pasa lentamente y otras veces literalmente vuela.  Cuando pasaban los días y las semanas y seguía completamente parado, el tiempo se me hacía eterno y sin embargo a medida que se acercaba la prueba y mi aquiles seguía inflamado como una morcilla de Burgos, el tiempo se me escapaba entre los dedos.
Finalmente, tras muchas sesiones de fisío y gracias a la inestimable ayuda de mi "mecánico" de confianza, estaré en la salida de tan especial prueba. Muchos son los corredores  que sabedores de mi devoción por esta prueba me han preguntado a lo largo de estos últimos meses porqué es tan especial la carrera de montaña del Alto Sil y lo cierto es que carezco de una razón objetiva y racional que me permita explicarlo. Lo cierto es que la única explicación que encuentro es completamente subjetiva y para ilustrarla debo de retrotraerme cinco ediciones atrás. Corría el año 2012 y era mi primera participación en la prueba. Llegando a la cumbre del Alto se La Campona,  en completa soledad, envuelto en una niebla persistente y avanzando sobre una superficie completamente nevada, al fondo apareció  un arco de meta hinchable en medio de la más absoluta nada y sentí esa extraña sensación de equilibrio que tan difícil es de alcanzar en la vida.


En medio de un esfuerzo titánico, estábamos solos la montaña y yo, podía escuchar mi propia respiración y era capaz de sentir cada latido de mi corazón. Por un momento los problemas de la vida diaria encojen hasta hacerse insignificantes, es una sensación de paz interior muy difícil de explicar, una sensación de que ese pequeño reducto de naturaleza es tu refugio y que por una vez todas las piezas encajan y el mundo parece un lugar mejor. Ese día decidí que a mi lo que me gustaba era correr por montaña y desde entonces vuelvo una y otra vez al mismo lugar en busca de esas mismas sensaciones que tan complicadas son de  encontrar.


Así que quizás la mejor respuesta que pueda dar a esta pregunta es la misma que Saladino le da al lider  de los cruzados Balián de Íbelin tras la batalla final por la toma de Jerusalén en "El Reino de los cielos"
- ¿Cuanto vale Jerusalén?
- Nada.... TODO

Para alguien escasamente romanizado y extremadamente poco religioso como yo, estas montañas son mi Jerusalén personal y esta carrera es mi cruzada particular.

Alea Iacta est.  Mucha suerte a todos los que vais a participar. Nos vemos en Santa Cruz del Sil