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domingo, 31 de enero de 2016

Transcandamia 2016

Apenas faltan 25 minutos para el comienzo de la prueba y todavía estoy en el centro de la ciudad de León. Tras 4 años de fusiones, fisiones e infusiones varias, mi empresa ha decidido cambiar el sistema informático casualmente hoy, por el hecho de pertenecer a una oficina piloto y por gentileza de la infame reforma laboral  tengo que madrugar y pasarme por el trabajo en domingo  para comprobar que todo funciona correctamente. Asciendo el Portillo emulando al Carlos Sainz campeón del mundo de rallies y cuando finalmente llego a Las Lomas, la Guardia Civil ya tiene cortada la carretera  que lleva a a la salida por lo que debo aparcar más o menos a la altura del lugar  donde Cristo perdió las sandalias. Como ya vengo vestido y con el dorsal puesto del trabajo, salto del coche y me dirijo a la salida con apenas 15 minutos de margen. Todavía tengo tiempo para saludar e intercambiar unas palabras con Adrián Rubio, Talo Guerra, Alfredo Álvarez y Luis Angel Esquibel de camino a la pancarta de salida. Arrastro serios problemas en el tendón de aquiles desde finales de diciembre y la lógica  sería no correr hoy, pero como carezco del más elemental sentido común y soy más bruto  y primitivo que el bisonte que ejerce como mi animal totémico, pues tengo pensado correr. Antes de salir me enfrento a un dilema existencial: salir el último y tratar de hacer toda la prueba andando o tratar de correr al principio para ganar tiempo y acabar como buenamente se pueda, y eso siempre y cuando el aquiles no me diga hasta aquí llegamos y me deje tirado a media prueba. Finalmente  opto por lo segundo porque andando es materialmente imposible cumplir con el control de paso del segundo avituallamiento (1h:45' en el km 14).

Dan la salida y salgo a mitad de pelotón y a un ritmo muy cómodo. Nada más necesito 100 metros para constatar que el dolor de mi aquiles me va acompañar toda la prueba como era previsible. Voy charlando primero con Toño Santamaria, más tarde con Jesus Fidalgo y finalmente con Victor Rabanal  hasta que entramos en la Transcandamia propiamente dicha.
Con Jesús Fidalgo en el km 2. Mi cara lo dice todo, cada zancada ya constituye una pequeña  tortura.
Una bajada rápida, una subida pendiente y alcanzamos la pista del aeródromo. En otras circunstancias pasaría por aquí volando, pero hoy no llevo recorridos ni 4 kilómetros y ya voy reptando en modo culebra por lo que me superan con facilidad corredores. En la bajada del aeródromo asisto como mero espectador a  las primeras caídas artísticas de la jornada, pero de momento voy librando. Y a partir de aquí entramos en una inmensa y divertida combinación de pista de patinaje en barro y circuito americano que parece sacado del programa de televisión "Humor Amarillo". La dificultad para mantenerse en pie es notable, las caídas son la tónica general  y en muchos tramos  es un sálvese quien pueda colectivo donde cada corredor hace lo humano y lo inhumano para avanzar en ocasiones incluso de forma  inverosímil. Y en estas me encuentro cuando alcanzo al señor Chano Morán, genio y figura del Coyança trail, que jura en arameo ante tal situación y amenaza con retirarse frustrado y  cabreado a partes iguales ante la imposibilidad de correr.
Preparado para zambullirme en el barro al paso por el km 8
Le digo que me coja rueda y que siga las trazadas que le voy marcando. Esto se lo digo yo, que por peso, altura y falta de pericia en el barro, en vez de bisonte parezco el perro de Scotexx, Otra cosa no seremos, pero los asturianos por osados y fanfarrones somos una raza sin parangón sobre la faz de la tierra. Afrontamos una bajada complicada y la impracticable ascensión a la Senda de los Leñadores, momento a partir del cual Chano recupera la confianza y dado que su estado físico es muy superior al mio, se escapa por delante y me vuelvo a quedar solo. Subimos por una pista y enfilamos un descenso peligroso donde  doy con mis huesos en el suelo por primera vez en toda la prueba. A partir de aquí, me caeré un numero indeterminado de veces y en en todas las posiciones humanamente posibles, de costado, de espaldas, de frente con los brazos estirados y sobre todo de culo. La triste realidad es que si me hubiese puesto muelles en el trasero, habría parecido un canguro. Y es que a pesar de empeñarme en buscar zonas paralelas al recorrido y menos pisadas, lo que me obliga a correr muchos tramos por terreno de zarzas, la perdida de reflejos, el cansancio o la impericia, me hacían caerme con relativa frecuencia, eso obviando el problema de que acabaré la carrera con las piernas llenas de arañazos hasta el punto de parecer que en lugar de estar corriendo, vengo de enfrentarme  con un  gran oso grizzly de la Columbia Británica.
Ejmeplo de bajada en la Trasncandamia 2016
 Al paso por el km 10 aproximadamente me encuentro con el bueno de Jose Angel de La Bañeza, que viene relajado puesto que está iniciando la preparación para afrontar los 101 kms peregrinos y charlando con él se me hacen más sencillo el siguiente km. Un par se subidas y bajadas adicionales y me encuentro de frente con la Cuesta de los Perros, que viendo lo visto, hasta parece una ascensión sencilla en el día de hoy. Corono y por primera vez en toda la prueba miro el reloj (2h:02') y todavía estoy a aproximadamente 1000 metros del segundo avituallamiento. Ya hemos superado el tramo complicado de la prueba y ahora llega el tramo idóneo para correr. A diferencia de las 4 ediciones previas donde llegué sin piernas porque me las dejé por el camino, esta vez no las tengo porque ya salí sin ellas desde la salida.  Bajada sencilla hasta el avituallamiento y sin mucha dilación a por los 7 kms finales de prueba. En este tramo se me notan más las carencias, no obstante empiezo a ser consciente de que las molestias del aquiles aun siendo más fuertes en cada pisada, ya no me impedirán llegar a meta. Supongo que el trabajo de embalsamar mi pierna derecha en radiosalil, acompañado de la ingesta masiva de inflamatorios ha dado sus frutos. Rezo para no tener que pasar un control antidopping porque entre esto y el inhalador del asma, me da la sensación de que me sancionarían sin competir  de  por vida.

 Sin contratiempos ascendemos a Las Antenas, bajamos de nuevo por un sendero sencillo que no se encuentra en mal estado y  que he recorrido mil veces entrenando, sin embargo producto de mi manera extraña de correr/andar, arrastrando las piernas tratando de impulsar lo menos posible, tropiezo con una piedra que no asoma entre el barro y caigo en plancha y con los brazos completamente extendidos. Una caída más propia de salto de trampolín, que de atletismo y que ejecuto con una pericia y un estilo exquisito, hasta tal punto  que entro en el barro casi sin salpicar y producto de la inercia, del peso y de la pendiente descendente, todavía me deslizo aproximadamente metro y medio antes de poder detenerme. Los corredores que van detrás no saben si aplaudir por el espectáculo ofrecido o asustarse por la leche que se ha pegado el corredor de rayas que les precede. Sin darles opción, me levanto de un salto y arranco a correr como si no hubiese sucedido nada. Por la adrenalina o quizá por el instinto, la realidad es que en caliente no siento ningún dolor, no obstante apenas 100 metros mas adelante miro mis piernas para evaluar daños y veo que entre el barro que recubre completamente las mismas, emana un abundante chorro de sangre. Me detengo a caminar y al pasar los corredores que vienen detrás se interesan por mi estado. Como no puedo ver la profundidad de la herida y el barro actúa como cataplasma, y dado que solo quedan unos 3,5 kms a meta, decido seguir la marcha y dejar este tema en el congelador hasta meta.

Llegamos a la bajada del mirador y veo a 3 corredores que parecen funanbulistas en el alambre tratando de avanzar de pie sobre una chocolatada de carácter bíblico.
Bajada del mirador a 2 km de meta (Aquapark versión barro leonés)
Como no estoy para muchos  alardes a estas alturas de la película, me siento en medio del barrizal y me dejo caer como si estuviera en el tobogán de un aquapark y lo cierto es que bajo a una velocidad sorprendente. Llego abajo como buenamente puedo, me incorporo con medio kilo de barro en cada zapatilla y echo a caminar cuesta arriba avanzando con la torpeza de quién lleva  grilletes en los tobillos. Llego a los chalets, saludo a los fotógrafos del Coyança Trail y comienzo la bajada del último cortafuegos con ganas de acabar cuanto antes. El tramo más pindio lo bajo por donde buenamente puedo, agarrándome a los arboles como un gorila de montaña, pero afortunadamente consigo llegar abajo sin contratiempos, giro a la derecha, recibo los ánimos del bueno de Satur y encaro la subida final que me llevará a la temida y esperada  Anibalada.
Bajando el cortafuegos entre árboles para poder frenar (se aprecia a simple vista la sangre corriendo por la rodilla izquierda)
Final del cortafuegos. El tractor maniobrando con torpeza para poder girar entre tanto barro
Arrancando a correr a  600-800 metros de meta gracias a los  ánimos de Satur

 Este año el tramo de subida inicial ya se me presenta como un puerto Ors categorié del Tour de Francia  y eso que todavía no he llegado al tramo difícil. Antes de pasar  por debajo de la pancarta que anuncia la Anibalada ya  se comienza a escuchar el griterío del público congregado en tan emblemático punto de la prueba. Antes de encarar dicha subida, me detengo un segundo a pie de rampa para ver cual es la mejor opción para ascender y me indican que me salga del trazado balizado.
Vista cenital del tramo inicial de Anibalada
Un corredor batallando por subir la Anibalada (a 200-250 metros de meta)
Evidentemente salirte del trazado señalizado con cintas  es motivo de descalificación inmediata, pero todos los corredores que me preceden ascienden por el mismo lugar y entiendo que después de haber pasado unos 300 corredores y dado que la subida se encuentra en muy mal estado, es la propia organización la que por seguridad habrá tomado esta decisión. Asciendo con dificultad empujado por los gritos de ánimo de la gente, supero el tramo intermedio y encaro la cuesta final. Apenas 50 a cumbre por un estrecho pasillo que es una pista de patinaje sobre barro. Ascendiendo  a  4 patas  agarrándome a las raíces del sendero  y haciendo más fuerza con los brazos que con las propias piernas, consigo alcanzar la meta apoyándome en los ánimos de conocidos y desconocidos, entre los que distingo a Alfonso Cano y Miguel Bernardo.
Un corredor enfrentandose a los 50 metros finales de prueba
El Bisonte del Crabayedo ascendiendo a 4 patas a 30 metos de meta
Adelantando a un corredor en la entrada a meta (ventajas de tener la zancada larga)
Finalmente consigo completar mi quinta Transcandamia consecutiva en el puesto 285 de la general sobre 443 corredores en meta (desconozco el número de abandonos pero entiendo que tuvo que ser elevado), con un tiempo de 3h:11':43" , a 1h:20':15" del ganador que fue Alberto González  Gonzalez con un tiempo de 1h:51':28"

En mi recién entrenada categoría de "viejunos" quedé en  el  puesto 57 sobre  74 corredores en meta.

Mi primera sensación es de alivio y satisfacción por lo conseguido. A pesar de los inconvenientes y las limitaciones físicas es probablemente la Transcandamia en la que más he disfrutado. Es completamente irracional y posiblemente sea incluso causa de inhabilitación por razones de índole psicológico, pero lo cierto es que por ese  grado de épica que le aporta la dificultad de lo vivido, la meta se disfruta muchísimo más.

Me lavo como buenamente puedo para quitarme lo más gordo con el agua de un charco e inicio el camino de vuelta a casa con el fin de restañar las heridas del combate y con ganas de ducharme como dios manda porque llevo tanto barro encima que parezco un guerrero de terracota de Xián. Al enfriar empiezan a aparecer las complicaciones, tengo una rodilla completamente despellejada, dolor lumbar (quiero pensar que por las caídas) y lo más preocupante, se me inflama el aquiles hasta alcanzar el tamaño  e un botijo, lo que me tiene completamente parado en el momento de escribir esta crónica y ya han pasado 3 semanas desde la carrera. Creo que no fue una buena idea correr esta prueba sin estar en condiciones, pero las ganas de correr en casa han superado  la lógica y el más elemental sentido común.
Heridas de guerra Transcandamia: Rodilla magullada e hinchada (chapa y pintura), del tendón de aquiles mejor no hablamos.
Antes de acabar esta crónica creo conveniente realizar una última reflexión, que sinceramente  espero que si  algún miembro de la organización leyera esta crónica, se lo  tome como lo que es,  una critica constructiva para tratar de mejorar la prueba y hacerla cada vez mejor. He podido intercambiar opiniones y pareceres con otros corredores, y algunos, no se si por el hecho de que saben que escribo un blog,  o bien por esa esa especie de omertá siciliana o miedo a ser políticamente incorrectos no vaya a ser que al año siguiente me dejen sin plaza en la carrera, no se atreven a expresar públicamente. En mi caso, y dado  que no le rindo pleitesía a ninguna marca comercial, ni vasallaje a ninguna  carrera, puedo expresar libremente lo que pienso, aún a riesgo de estar equivocado y de  que mis opiniones no le gusten a todo el mundo.

 Son  varios los  aspectos que han generan malestar  en esta prueba y que paso a detallar:
1.- PRECIO:  Para algunos corredores esta carrera en función de los servicios que ofrece es cara. Sin entrar en consideraciones subjetivas y basándome en el hecho de  que estamos en  una economía de mercado donde es la oferta y la demanda la que fija el precio de equilibrio de las cosas y a juzgar por el hecho de que las 400 plazas ofertadas se agotaran en apenas 2 horas, a día de hoy no hay lugar a discusiónsobre este particular.
2.- BOLSA DEL CORREDOR: Hay quién opina que es muy pobre. En mi opinión nadie escoge una carrera en función de que el obsequio de la organización sea mejor o pero, por lo que no dedicaré más tiempo a este punto.
3.- AVITUALLAMIENTOS: Hay quién opina que son escasos y mal surtidos. En mi opinión una prueba tan corta no requiere de avituallamientos surtidos y por lo tanto no son un hecho relevante, si bien es cierto, que creo recordar que la prueba anunciaba bebida isotónica en el primer avituallamiento y finalmente solo se ofreció agua, por lo que debería aclararse dicho punto. Grave fue el hecho acaecido en una edición previa donde el segundo avituallamiento se quedo sin existencias, dejando a los últimos corredores completamente desatendidos y sin poder beber absolutamente nada. Dicho tema fue afortunadamente solventado en ediciones posteriores.
4.- DUCHAS EN META: Para mi el mayor problema de la prueba con diferencia. Vivo a 5 minutos de la meta y por tanto para mi no constituye un inconveniente, pero entiendo que si es preocupante y triste, que corredores de fuera acaben la prueba convertidos en autenticas figuras de barro y que tengan que iniciar viaje de vuelta a sus domicilios con 1, 2 o 3 horas de coche por delante  y la incomoda sensación de ser auténticos muñecos de arcilla. He corrido en pueblos de montaña perdidos de la mano de Dios y sin los mínimos medios elementales y la gente de los pueblos ha realizado lo imposible por agradar al corredor, algunas  veces han improvisado duchas colgando mangueras de la viga de una cuadra o han sacado duchas a la calle, pero han buscado soluciones por el bien del corredor. Está prueba se celebra a las afueras de una ciudad de 150.000 habitantes y entiendo que fácilmente se puede llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Valdefresno para que ceda sus instalaciones (la piscina pública se haya a unos 3 kms de distancia), pero no se puede pretender que casi 500 corredores se duchen en condiciones de insalubridad en 2 casetas de obra situadas de cualquier manera. Una carrera se hace grande porque cuida los detalles y porque mima a sus corredores.

Sin nada más que contar, y partiendo de la premisa de que consiga recuperar  mi maltrecho aquiles, nos vemos en el ALTO SIL para disputar mi carrera favorita de la temporada.... próxima parada: SANTA CRUZ DEL SIL.

domingo, 3 de enero de 2016

Resumen año 2015

Acaba el año 2015  y es momento de resumir lo acontecido  a nivel deportivo. Sin duda ha sido la mejor temporada desde que he vuelto a correr allá por el año 2011. Un año fantástico en el que cumplí, dado mi escaso nivel atlético,  esa máxima competitiva del altius, fortius, citius

A nivel objetivo y desde una perspectiva meramente estadística,  me he quedado a las puertas de los 300 kms recorridos (297,97 kms para ser exactos), superando por primera vez la barrera de los 30.000 metros de desnivel acumulado (34.730 metros para ser exactos) y donde por mera curiosidad  he estado 2 días completos del año corriendo (48 horas, 51 minutos y 23 segundos para ser exactos)

A nivel cualitativo y desde una perspectiva claramente subjetiva, me quedo con 2 hechos puntuales:
1.- El resultado y las sensaciones experimentadas en la Batallona de Somiedo. El primer día que me decido a correr en serio en mucho tiempo y consigo dejar por detrás a más de un 90% de los  contrincantes, cuando normalmente acostumbro a estar entre el 10% de los últimos.
2.- La Travesia de los Montes Aquilianos en su versión larga (60 kms). Mi primera ultramaratón de montaña (entendiendo como ultra la superación de la barrera de los 42 kms). Un torrente de sensaciones encontradas y una experiencia fantástica. Para siempre quedará mi "bautizo" en el avituallamiento de Ferradillo y la satisfación de cruzar esa meta tras casi 12 horas de carrera en la inmejorable compañía de mi fiel escudero de aventuras  Joaquín Cañizares.

Hora de cerrar el año en curso y de afrontar nuevos retos para la temporada que empieza.

Nos vemos corriendo por montaña en 2016

Aquí debajo dejo el cuadro resumen de la temporada 2015:

CARRERA DE MONTAÑA DISTANCIA (m) DESNIVEL ACUMULADO (m) PUESTO (corredores meta) Tiempo
Transcandamia 21000 2008 (1004 + y 1004 -) 145/434 2h:20:48
Alto Sil 32000 3800 (1900 + y 1900 -) 346/403 5h:15:21
Biosfera Trail 26000 4400 (2200 + y 2200 -) 241/259 5h:52:07
Travesía Montes Aquilianos 60000 6454 (3227+ y 3227 -) 123/189 11h:41:36
La Batallona de Somiedo 22000 1400 (200 + y 1200-) 36/501 1h:52:52
Villalfeide-Polvoreda 27700 3480 (1740 + y 1740 -) 126/168 4h:15:09
Sajambre Trail 29000 4400 (2200 + y 2200 -) 141/150 5h:13:51
Redes Trail 34870 4200 (2100 +y 2100 -) 210/266 6h:43:30
Trail de Peñamayor 25000 3000 (1500 + y 1500 -) 158/308 3h:21:48
Matallana de Torío 20400 1588 (794 + y 794 -) 77/123 2h:14:21

297970 34730
48h:51:23