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viernes, 25 de diciembre de 2015

Feliz Navidad



Acaba un año y comienza el siguiente. El ciclo de la vida no se detiene en un planeta que por suerte nunca deja de girar, sin embargo parece que dentro del mismo estas fechas son  especialmente señaladas  para volcar todos nuestros mejores deseos y buenas intenciones,  así que aprovecho la presente para desearos a todos unas felices navidades y un prospero año nuevo 2016.

Os deseo a todos, y muy especialmente a mis amigos corredores de montaña,  TRABAJO para poder seguir pagando  las cada vez más elevadas inscripciones a las pruebas de montaña, SALUD para poder entrenar y competir y RESPETO para que las montañas permanezcan inalteradas para disfrute de las siguientes generaciones

Recordad que nunca la noche es más oscura que cuando empieza a amanecer. Al igual que el astro rey se levanta y nos ilumina todas las mañanas, espero que todo el mundo sea capaz de levantarse y seguir peleando en el día a día, especialmente teniendo en cuenta que una vez que superado el solsticio de invierno, los días serán cada vez más largos y las noches cada vez más cortas.


BON AÑU Y PRESTOSES FIESTES NAVIDIEGUES


sábado, 12 de diciembre de 2015

Carrera por montaña Matallana de Torío 2015

Tras completar las 3 pruebas de la Seronda Trail Series dí por concluida la temporada en curso  y retire mi ejercito a los cuarteles de invierno con la intención de no volver a la guerra hasta principios del 2016. Me encontraba en mi placido retiro otoñal, cuando por casualidad escuche hablar de una prueba de montaña GRATUITA  que se estaba gestando en la ribera del Torío. Llevo tanto tiempo oyendo comentarios sobre la manida burbuja de las carreras por montaña y  que este mundillo se está convirtiendo en un simple negocio, que el mero hecho de escuchar hablar de una prueba sin coste me suena a ensoñación propia de figuras mitológicas como el unicornio, el minotauro o el cuelebre.

En cualquier caso, y tras la primera reacción de incredulidad, el impulso siguiente  fue tratar de averiguar si en un mundo marcadamente mercantilista como el nuestro sería posible la existencia de una prueba sin coste para el corredor, y en caso de serlo, como podría apoyar la iniciativa. La solución en mi caso es muy sencilla, mi humilde manera de apoyar el proyecto  iba a ser participar en la carrera, aún estando completamente fuera de temporada, para posteriormente  tratar de contar mi experiencia con el fin de  dar difusión a la misma de cara a futuras ediciones. Y así fue, me apunté con la segunda hornada de inscritos, disputé la prueba y ahora toca contar la experiencia.
Montes de media montaña que cubren la ribera del Torío, con el pueblo de Robles de la Valcueva en el fondo del valle.
Llega el día de la prueba y remonto el Torío camino de Robles de la Valcueva con la incertidumbre de las grandes expediciones del pasado, convertido en una especie de aventurero al estilo de Roald Amundsen o Robert Falcon Scott, alguien  que por casualidad ha conseguido un misterioso mapa que le lleva a encontrar su particular "Atlantida" en el desconocido mundo de las carreras gratuitas,  sin saber muy bien que se van a encontrar al final del camino, y más aún  teniendo en cuenta el constante y paulatino encarecimiento de las distintas pruebas  que copan nuestra geografía. 

Llego a la plaza del pueblo, recojo mi  dorsal sin contratiempos, me tomo un té en el bar del pueblo en la grata compañía de Sergio Natal y Alejandro  Santos   y a las 9.30 de la mañana, con 0º grados de temperatura ambiente  y bajo una precioso cielo despejado, dan la salida y arrancamos los 140 corredores que tenemos la suerte de poder disputar esta primera edición.

Ejerciendo de corredor escoba en la salida de la prueba
Como no hay corredor escoba, y dado que tengo contrastada experiencia en estas lides, decido ejercer yo de cierre y salir en último lugar. Unos 400-500 metros llanos por las calles del pueblo y alcanzamos  la primera ascensión de la jornada. Miro para atrás y apenas cuento 5 corredores, miro para delante y unos 300 metros más arriba veo transitar a los primeros. Si Darwin llega a ver esta situación, se hubiera cuestionado seriamente su teoría de la evolución, porque los primeros y yo no parecemos de la misma especie animal,  bien es cierto que ellos corren con naturalidad y ritmos altos  y yo tengo menos ritmo que las canciones de Pablo Alborán.

Por una pista en muy buen estado coronamos sin dificultad esta primera ascensión,  un kilómetro de falso llano y cómoda bajada hasta el km 4. Llegando abajo consigo alcanzar al grupillo de corredores del Coyança Trail y con ellos voy hasta el centro del  pueblo de Pardavé de Torío.
Cruzando  Pardavé de Torio en compañía de los chicos del Coyança Trail.
Vista aérea  de Pardavé de Torío, pueblo  que cruzamos en toda su extensión.
Tras cruzar el puente sobre el río Torío y en menos de 200 metros, me tengo que detener en 2 ocasiones para atar  mis zapatillas de montaña. En algún momento indeterminado  a lo largo de las últimas 6 semanas me he vuelto gilipollas y me he olvidado de como atar adecuadamente unas zapatillas de trail, consecuencia de lo cual en vez de evolucionar por cuestión de experiencia de senior a veterano, he involucionado pasando de senior a minibenjamín. Salgo de Pardavé de nuevo en solitario y tras cruzar un  túnel bajo la carretera León-Coyanzo  inicio la segunda ascensión de la jornada.
Saliendo de Pardavé a través de un tubo bajo la carretera León-Collanzo
Por una pista en buen estado y sin excesiva pendiente, ascendemos hasta alcanzar el techo de la prueba en el km 8,5 (a 1288 metros de altitud). Arriba luce un sol espléndido, la temperatura ha subido ligeramente, o al menos yo noto calor fruto del calentón de la subida, así que me detengo a unos 100 metros de cumbre, me quito la térmica de manga larga y arranco la bajada en solitario y disfrutando de la tremenda sensación de libertad que sientes al correr en soledad mientras el frío aire de la montaña te da en el rostro. La bajada es muy cómoda por pista amplia, con pendiente constante y carente de la más mínima dificultad técnica.  Los primeros 500 metros bajo reteniendo para cuidar cuadriceps, hasta que tras alcanzar a Victor "Tito" Rabanal, y  poseído por el espiritu de algún corredor  se montaña del más allá, me convierto en una especie de Kilian Jornet leonés con sobrepeso grado 1 me dejo caer  al estilo de la Batallona y bajando a ritmos sostenidos de 3:30 min/km con una confianza y una seguridad que ya tenía olvidadas, en algo menos de  2,5 kms consigo superar con una facilidad pasmosa  a 17 corredores.

Acaba la bajada y entramos en Naredo de Fenar, donde está ubicado el avituallamiento intermedio de la prueba. Bebo botellín y medio de agua del tirón y pensando que estoy diputando  la Maratón de las Arenas o la Titan Desert (quiero creer  que es culpa de seguir  poseído por Kilian), cometo el error de recargar ambos bidones hasta arriba. Arranco de nuevo, pesado e incómodo.  Me pregunto a mi mismo para que narices llevo un litro de agua a cuestas, si la temperatura es muy baja  y apenas quedan unos 8 kms a meta. En un alarde de lucidez, vacío bote y medio de agua y continuo la marcha. Cruzamos  corriendo sobre las traviesas de la Feve León-Bilbao y  arrancamos los aproximadamente  4 kms completamente llanos, que combinando  tramos de pista y  carretera, nos llevan hasta  la tercera subida del día. Calculo que deben de quedar unos 4,5 kms a meta. Comienzo a ascender en solitario, levanto la vista y veo que  por delante llevo unos 7 corredores. Me vengo de nuevo arriba y poseído de nuevo por Kilian, me digo a mi mismo: "a esos 7 me los cepillo antes de meta por la gloria de mi madre".  Trato de coger una referencia en el camino y cuando alcanzo al punto señalado,  veo que el primero de los corredores del  grupillo me saca un minuto y medio. ¡Cojonudo gallu! ¡Como si los demás corredores no corrieran y además mucho más que tú! además de más viejo, 4 kilos más gordo y más lento...veo que has llegado a veterano  siendo mucho más fanfarrón que antes.

Corono y comienzo la bajada, un último repecho con mayor pendiente  por fuera de pista y comenzamos el descenso final por un bosquecillo de árboles de hoja caduca.  Estamos aproximadamente en el km 19 y  sorprendentemente para llevar 5 semanas parado voy muy cómodo. Lamento que la prueba no dure 5 kms más porque estoy disfrutando un montón con esta carrera. Me digo: "olvídate de todo, no pienses en nada  y limítate a disfrutar los poco más de mil metros que te quedan a meta", y se ve que me lo tomo en sentido literal, porque a las primeras de cambio casi me salto una baliza y me pierdo. ¡Figura, o enciendes el piloto automático o acabamos en Boñar!.  A media bajada noto uno leves pinchazos en ambos gemelos, y en el cuadro de mandos se enciende el indicador  de "calambres are coming".

Cruzando un improvisado puente a menos de un kilómetro de meta
Me detengo a estirar, arranco caminando por un sendero llano entre verdes prados, y en esas estoy cuando a unos 100-150 metros por delante consigo distinguir para mi sorpresa una camiseta de rayas rojiblancas. Cruzo a la carrera (por puro postureo)  un puentecillo improvisado sobre un arroyo y  acelero la marcha en busca de mi compañero Mario Rego.  Veo que los gemelos por llano responden bien, subo el ritmo y al ver que le voy comiendo terreno, me animo y consigo alcanzarle ya dentro del pueblo de Robles de la  Valcueva. Voy guardando algo de gasoil porque no se cuando queda hasta meta, hasta que escucho al speaker y por sorpresa aparece el arco de meta unos 50 metros por delante, así que esprinto  para no perder la viejas costumbre en el final de las carreras.
A 150 metros de meta por las calles de Robles de la Valcueva
Consigo completar los 20,4 kms de la prueba, con un desnivel acumulado total de 1.588 metros (794 metros  positivos y 794 negativos) en el puesto 77 de la general (sobre 123 corredores en meta) con un tiempo de 2h:14:21, a 42':20" del ganador que fue Ruben Mediavilla Vallinas con un tiempo de 1h:32: 01".

Puesto 24 de mi recién estrenada categoría de Veterano A ( aunque más que Veterano A, más bien debería competir en categoria  VIP: viejo e insuficientemente preparado)

Para los que se quedaron, comida (olla del ferroviario) gratis. En mi caso, ducha rápida con agua caliente y a las 13:15 en casa con la tremenda satisfacción de haber corrido una gran carrera.



Es hora de extraer conclusiones:

1.- . La Carrera de montaña de Matallana de Torío es todo un descubrimiento. NO es una carrera de montaña en sentido estricto (su desnivel acumulado positivo no alcanza los 1000 metros), pero si es una prueba de media montaña  íntegramente corrible, que por recorrido y nula dificultad técnica es   IDEAL para iniciarse en la practica de esta disciplina nuestra. Llevo años proponiendo carreras "low cost" (que no gratuitas), donde por un coste reducido se cubra lo básico (avituallamientos, seguro del corredor y gastos de organización).  Esta carrera lo ha conseguido todo y de manera gratuita. Es una prueba que a priori no tiene nada y que en el fondo lo tiene todo.  No tiene un recorrido espectacular, ni discurre por parajes únicos, no tiene sponsors de relumbrón, ni una bolsa del corredor alucinante, ni avituallamientos que parezcan bodas gitanas, ni siquiera se usan chips para los tiempos, sin embargo tiene lo más importante, tiene ALMA. El circuito estaba perfectamente balizado, con suficientes voluntarios de trato afable, con gente mayor  animando a las puertas de sus casas en el paso por los pueblos, con avituallamientos correctos y bien distribuidos, con una organización perfecta en la gestión de la salida y la meta. Está carrera ha demostrado con creces  que el alma siempre será más importante que el negocio y que un grupo de personas con ganas e ilusión  son capaces de organizar una prueba de muy alto nivel y a coste cero para los participantes. En mi modesta opinión, el coste real de esta prueba para el corredor debería ser de entre 5 y 7 euros (10 con derecho a comida) y la gente todavía la consideraría barata (a veces lo gratuito no se sabe apreciar en toda su magnitud)

2.- Dicho lo anterior, los organizadores de cualquier carrera tienen todo el derecho del mundo a obtener beneficio económico organizando carreras (todos trabajamos por dinero). Es potestad del corredor decidir adonde ir y adonde no, aunque en mi opinión siempre se debe analizar si el precio es adecuado o no  a posteriori, y tras analizar lo sucedido antes, durante y después de la carrera. A las 3 carreras sagradas de mi calendario: Alto Sil, Biosfera Trail y Villalfeide-Polvoreda no les miro nunca el precio  porque la experiencia acumulada de estos últimos 3 o 4 años me dice que cuidan del corredor con mimo y que poséen ese alma que diferencia unas carreras de otras.

3.- A titulo individual  quedo muy contento con las sensaciones  experimentadas en el día de hoy. Me he divertido  mucho y me he encontrado mucho mejor de lo esperado, quizá sea porque una de las grandes ventajas de practicar tractorismo es que la diferencia entre mi nivel en plenitud de facultades y mi nivel fuera de temporada es prácticamente inapreciable. Definitivamente me ha venido muy bien el descanso absoluto de estas últimas 5 semanas.


Solo me queda darle las gracias a los organizadores y voluntarios y desearle una larga vida a esta prueba. Si los dioses me son propicios, volveré a estar en Robles de la Valcueva en 2016.

Próxima parada del Bisonte World Tour 2016: Transcandamia