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viernes, 25 de diciembre de 2015

Feliz Navidad



Acaba un año y comienza el siguiente. El ciclo de la vida no se detiene en un planeta que por suerte nunca deja de girar, sin embargo parece que dentro del mismo estas fechas son  especialmente señaladas  para volcar todos nuestros mejores deseos y buenas intenciones,  así que aprovecho la presente para desearos a todos unas felices navidades y un prospero año nuevo 2016.

Os deseo a todos, y muy especialmente a mis amigos corredores de montaña,  TRABAJO para poder seguir pagando  las cada vez más elevadas inscripciones a las pruebas de montaña, SALUD para poder entrenar y competir y RESPETO para que las montañas permanezcan inalteradas para disfrute de las siguientes generaciones

Recordad que nunca la noche es más oscura que cuando empieza a amanecer. Al igual que el astro rey se levanta y nos ilumina todas las mañanas, espero que todo el mundo sea capaz de levantarse y seguir peleando en el día a día, especialmente teniendo en cuenta que una vez que superado el solsticio de invierno, los días serán cada vez más largos y las noches cada vez más cortas.


BON AÑU Y PRESTOSES FIESTES NAVIDIEGUES


sábado, 12 de diciembre de 2015

Carrera por montaña Matallana de Torío 2015

Tras completar las 3 pruebas de la Seronda Trail Series dí por concluida la temporada en curso  y retire mi ejercito a los cuarteles de invierno con la intención de no volver a la guerra hasta principios del 2016. Me encontraba en mi placido retiro otoñal, cuando por casualidad escuche hablar de una prueba de montaña GRATUITA  que se estaba gestando en la ribera del Torío. Llevo tanto tiempo oyendo comentarios sobre la manida burbuja de las carreras por montaña y  que este mundillo se está convirtiendo en un simple negocio, que el mero hecho de escuchar hablar de una prueba sin coste me suena a ensoñación propia de figuras mitológicas como el unicornio, el minotauro o el cuelebre.

En cualquier caso, y tras la primera reacción de incredulidad, el impulso siguiente  fue tratar de averiguar si en un mundo marcadamente mercantilista como el nuestro sería posible la existencia de una prueba sin coste para el corredor, y en caso de serlo, como podría apoyar la iniciativa. La solución en mi caso es muy sencilla, mi humilde manera de apoyar el proyecto  iba a ser participar en la carrera, aún estando completamente fuera de temporada, para posteriormente  tratar de contar mi experiencia con el fin de  dar difusión a la misma de cara a futuras ediciones. Y así fue, me apunté con la segunda hornada de inscritos, disputé la prueba y ahora toca contar la experiencia.
Montes de media montaña que cubren la ribera del Torío, con el pueblo de Robles de la Valcueva en el fondo del valle.
Llega el día de la prueba y remonto el Torío camino de Robles de la Valcueva con la incertidumbre de las grandes expediciones del pasado, convertido en una especie de aventurero al estilo de Roald Amundsen o Robert Falcon Scott, alguien  que por casualidad ha conseguido un misterioso mapa que le lleva a encontrar su particular "Atlantida" en el desconocido mundo de las carreras gratuitas,  sin saber muy bien que se van a encontrar al final del camino, y más aún  teniendo en cuenta el constante y paulatino encarecimiento de las distintas pruebas  que copan nuestra geografía. 

Llego a la plaza del pueblo, recojo mi  dorsal sin contratiempos, me tomo un té en el bar del pueblo en la grata compañía de Sergio Natal y Alejandro  Santos   y a las 9.30 de la mañana, con 0º grados de temperatura ambiente  y bajo una precioso cielo despejado, dan la salida y arrancamos los 140 corredores que tenemos la suerte de poder disputar esta primera edición.

Ejerciendo de corredor escoba en la salida de la prueba
Como no hay corredor escoba, y dado que tengo contrastada experiencia en estas lides, decido ejercer yo de cierre y salir en último lugar. Unos 400-500 metros llanos por las calles del pueblo y alcanzamos  la primera ascensión de la jornada. Miro para atrás y apenas cuento 5 corredores, miro para delante y unos 300 metros más arriba veo transitar a los primeros. Si Darwin llega a ver esta situación, se hubiera cuestionado seriamente su teoría de la evolución, porque los primeros y yo no parecemos de la misma especie animal,  bien es cierto que ellos corren con naturalidad y ritmos altos  y yo tengo menos ritmo que las canciones de Pablo Alborán.

Por una pista en muy buen estado coronamos sin dificultad esta primera ascensión,  un kilómetro de falso llano y cómoda bajada hasta el km 4. Llegando abajo consigo alcanzar al grupillo de corredores del Coyança Trail y con ellos voy hasta el centro del  pueblo de Pardavé de Torío.
Cruzando  Pardavé de Torio en compañía de los chicos del Coyança Trail.
Vista aérea  de Pardavé de Torío, pueblo  que cruzamos en toda su extensión.
Tras cruzar el puente sobre el río Torío y en menos de 200 metros, me tengo que detener en 2 ocasiones para atar  mis zapatillas de montaña. En algún momento indeterminado  a lo largo de las últimas 6 semanas me he vuelto gilipollas y me he olvidado de como atar adecuadamente unas zapatillas de trail, consecuencia de lo cual en vez de evolucionar por cuestión de experiencia de senior a veterano, he involucionado pasando de senior a minibenjamín. Salgo de Pardavé de nuevo en solitario y tras cruzar un  túnel bajo la carretera León-Coyanzo  inicio la segunda ascensión de la jornada.
Saliendo de Pardavé a través de un tubo bajo la carretera León-Collanzo
Por una pista en buen estado y sin excesiva pendiente, ascendemos hasta alcanzar el techo de la prueba en el km 8,5 (a 1288 metros de altitud). Arriba luce un sol espléndido, la temperatura ha subido ligeramente, o al menos yo noto calor fruto del calentón de la subida, así que me detengo a unos 100 metros de cumbre, me quito la térmica de manga larga y arranco la bajada en solitario y disfrutando de la tremenda sensación de libertad que sientes al correr en soledad mientras el frío aire de la montaña te da en el rostro. La bajada es muy cómoda por pista amplia, con pendiente constante y carente de la más mínima dificultad técnica.  Los primeros 500 metros bajo reteniendo para cuidar cuadriceps, hasta que tras alcanzar a Victor "Tito" Rabanal, y  poseído por el espiritu de algún corredor  se montaña del más allá, me convierto en una especie de Kilian Jornet leonés con sobrepeso grado 1 me dejo caer  al estilo de la Batallona y bajando a ritmos sostenidos de 3:30 min/km con una confianza y una seguridad que ya tenía olvidadas, en algo menos de  2,5 kms consigo superar con una facilidad pasmosa  a 17 corredores.

Acaba la bajada y entramos en Naredo de Fenar, donde está ubicado el avituallamiento intermedio de la prueba. Bebo botellín y medio de agua del tirón y pensando que estoy diputando  la Maratón de las Arenas o la Titan Desert (quiero creer  que es culpa de seguir  poseído por Kilian), cometo el error de recargar ambos bidones hasta arriba. Arranco de nuevo, pesado e incómodo.  Me pregunto a mi mismo para que narices llevo un litro de agua a cuestas, si la temperatura es muy baja  y apenas quedan unos 8 kms a meta. En un alarde de lucidez, vacío bote y medio de agua y continuo la marcha. Cruzamos  corriendo sobre las traviesas de la Feve León-Bilbao y  arrancamos los aproximadamente  4 kms completamente llanos, que combinando  tramos de pista y  carretera, nos llevan hasta  la tercera subida del día. Calculo que deben de quedar unos 4,5 kms a meta. Comienzo a ascender en solitario, levanto la vista y veo que  por delante llevo unos 7 corredores. Me vengo de nuevo arriba y poseído de nuevo por Kilian, me digo a mi mismo: "a esos 7 me los cepillo antes de meta por la gloria de mi madre".  Trato de coger una referencia en el camino y cuando alcanzo al punto señalado,  veo que el primero de los corredores del  grupillo me saca un minuto y medio. ¡Cojonudo gallu! ¡Como si los demás corredores no corrieran y además mucho más que tú! además de más viejo, 4 kilos más gordo y más lento...veo que has llegado a veterano  siendo mucho más fanfarrón que antes.

Corono y comienzo la bajada, un último repecho con mayor pendiente  por fuera de pista y comenzamos el descenso final por un bosquecillo de árboles de hoja caduca.  Estamos aproximadamente en el km 19 y  sorprendentemente para llevar 5 semanas parado voy muy cómodo. Lamento que la prueba no dure 5 kms más porque estoy disfrutando un montón con esta carrera. Me digo: "olvídate de todo, no pienses en nada  y limítate a disfrutar los poco más de mil metros que te quedan a meta", y se ve que me lo tomo en sentido literal, porque a las primeras de cambio casi me salto una baliza y me pierdo. ¡Figura, o enciendes el piloto automático o acabamos en Boñar!.  A media bajada noto uno leves pinchazos en ambos gemelos, y en el cuadro de mandos se enciende el indicador  de "calambres are coming".

Cruzando un improvisado puente a menos de un kilómetro de meta
Me detengo a estirar, arranco caminando por un sendero llano entre verdes prados, y en esas estoy cuando a unos 100-150 metros por delante consigo distinguir para mi sorpresa una camiseta de rayas rojiblancas. Cruzo a la carrera (por puro postureo)  un puentecillo improvisado sobre un arroyo y  acelero la marcha en busca de mi compañero Mario Rego.  Veo que los gemelos por llano responden bien, subo el ritmo y al ver que le voy comiendo terreno, me animo y consigo alcanzarle ya dentro del pueblo de Robles de la  Valcueva. Voy guardando algo de gasoil porque no se cuando queda hasta meta, hasta que escucho al speaker y por sorpresa aparece el arco de meta unos 50 metros por delante, así que esprinto  para no perder la viejas costumbre en el final de las carreras.
A 150 metros de meta por las calles de Robles de la Valcueva
Consigo completar los 20,4 kms de la prueba, con un desnivel acumulado total de 1.588 metros (794 metros  positivos y 794 negativos) en el puesto 77 de la general (sobre 123 corredores en meta) con un tiempo de 2h:14:21, a 42':20" del ganador que fue Ruben Mediavilla Vallinas con un tiempo de 1h:32: 01".

Puesto 24 de mi recién estrenada categoría de Veterano A ( aunque más que Veterano A, más bien debería competir en categoria  VIP: viejo e insuficientemente preparado)

Para los que se quedaron, comida (olla del ferroviario) gratis. En mi caso, ducha rápida con agua caliente y a las 13:15 en casa con la tremenda satisfacción de haber corrido una gran carrera.



Es hora de extraer conclusiones:

1.- . La Carrera de montaña de Matallana de Torío es todo un descubrimiento. NO es una carrera de montaña en sentido estricto (su desnivel acumulado positivo no alcanza los 1000 metros), pero si es una prueba de media montaña  íntegramente corrible, que por recorrido y nula dificultad técnica es   IDEAL para iniciarse en la practica de esta disciplina nuestra. Llevo años proponiendo carreras "low cost" (que no gratuitas), donde por un coste reducido se cubra lo básico (avituallamientos, seguro del corredor y gastos de organización).  Esta carrera lo ha conseguido todo y de manera gratuita. Es una prueba que a priori no tiene nada y que en el fondo lo tiene todo.  No tiene un recorrido espectacular, ni discurre por parajes únicos, no tiene sponsors de relumbrón, ni una bolsa del corredor alucinante, ni avituallamientos que parezcan bodas gitanas, ni siquiera se usan chips para los tiempos, sin embargo tiene lo más importante, tiene ALMA. El circuito estaba perfectamente balizado, con suficientes voluntarios de trato afable, con gente mayor  animando a las puertas de sus casas en el paso por los pueblos, con avituallamientos correctos y bien distribuidos, con una organización perfecta en la gestión de la salida y la meta. Está carrera ha demostrado con creces  que el alma siempre será más importante que el negocio y que un grupo de personas con ganas e ilusión  son capaces de organizar una prueba de muy alto nivel y a coste cero para los participantes. En mi modesta opinión, el coste real de esta prueba para el corredor debería ser de entre 5 y 7 euros (10 con derecho a comida) y la gente todavía la consideraría barata (a veces lo gratuito no se sabe apreciar en toda su magnitud)

2.- Dicho lo anterior, los organizadores de cualquier carrera tienen todo el derecho del mundo a obtener beneficio económico organizando carreras (todos trabajamos por dinero). Es potestad del corredor decidir adonde ir y adonde no, aunque en mi opinión siempre se debe analizar si el precio es adecuado o no  a posteriori, y tras analizar lo sucedido antes, durante y después de la carrera. A las 3 carreras sagradas de mi calendario: Alto Sil, Biosfera Trail y Villalfeide-Polvoreda no les miro nunca el precio  porque la experiencia acumulada de estos últimos 3 o 4 años me dice que cuidan del corredor con mimo y que poséen ese alma que diferencia unas carreras de otras.

3.- A titulo individual  quedo muy contento con las sensaciones  experimentadas en el día de hoy. Me he divertido  mucho y me he encontrado mucho mejor de lo esperado, quizá sea porque una de las grandes ventajas de practicar tractorismo es que la diferencia entre mi nivel en plenitud de facultades y mi nivel fuera de temporada es prácticamente inapreciable. Definitivamente me ha venido muy bien el descanso absoluto de estas últimas 5 semanas.


Solo me queda darle las gracias a los organizadores y voluntarios y desearle una larga vida a esta prueba. Si los dioses me son propicios, volveré a estar en Robles de la Valcueva en 2016.

Próxima parada del Bisonte World Tour 2016: Transcandamia


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Trail de Peñamayor 2015

28 días han pasado desde que comenzó mi aventura de la Seronda Trail Series en tierras de Sayambre. Muy  lejos quedan ya los miedos de la primera prueba y las dudas de la segunda.  La capital de la sidra será el lugar donde todo acabará para bien o para mal y las verdes laderas de Peñamayor serán el campo de batalla donde se decidirá  mi particular  trilogía del Tractor de los Anillos.
Cumbre de Peñamayor entre brumas. Casi parece una montaña de Mordor
Hoy no hay disculpa posible porque por extraño que parezca esta vez  todo está saliendo según lo planeado. Llego a la prueba  descansado y   muscularmente muy recuperado tras dos semanas de reposo absoluto. No se que sorpresas tendrá preparadas mi archienemigo Saruman para tratar de detener a este viejo  tractor, pero tampoco me importa y eso es lo único realmente preocupante. Los mayores fracasos de la historia del deporte  suelen venir precedidos de un alarmante exceso de confianza y yo vengo a esta prueba instalado en la euforia, hasta tal extremo que todavía no he salido y ya me veo vestido con la chaqueta de finisher, obviando  que la montaña siempre  hay que afrontarla con el respeto que merece y los  25 kms y los 3000 metros de desnivel acumulado que debo superar  no son precisamente un paseo por la playa.
Ejerciendo como  corredor escoba en la salida de la prueba
Llego a la salida con casi 10 minutos de margen (muy extraño para mi). Tengo tiempo para saludar a a muchos amigos, y tras charlar con Chano "la Gacela de Coyança",  me retiro al último lugar de la parrilla de salida que es  mi habitat natural.  Los  6 primeros kms serán muy rápidos y quiero evitar la tentación de salir como un miura, así que tras la pertinente cuenta atrás  salgo a paso de tortuga. Voy con la marcha reductora encendida y sin embargo empiezo a pasar corredores con una facilidad pasmosa. Es extraño pero hoy las piernas corren solas.

Entrando en el tramo de pista (km 1)
Abandonamos la carretera y entramos en una pista en muy  buen estado. A partir de aquí y como consecuencia de llevar a casi 300 corredores por delante,  el ritmo ya no depende de ti, si no  que lo marca la marabunta de corredores que te preceden y que en muchos tramos ocupan la totalidad del sendero. En el km 1,8 y en un tramo carente de la más mínima dificultad, por ir pensando en la migración de los ñus en el serengueti y no en la carrera, tropiezo con la única piedra que sobresale más de 10 milímetros en el camino y me caigo de morros. ¡Aley hop! Doy un salto artístico  y me incorporo con la agilidad de un gato, tratando de disimular  para que los corredores que corren a mi lado no empiecen a preguntarse quien es el alto  inútil ese  de rayas que se cae solo. El único síntoma reseñable, aparte de la cara de bobo que se te queda, es una molestia en el dedo gordo por el puntapié a la piedra, pero esta caída me viene de cine para aparcar la euforia y recordarme que el monte no es un circuito de scalextric.
Km 2-3 por pista en perfecto estado (véase lo difícil que es tropezar con una piedra y  caerse con este firme)
Continuo al ritmo que permite el grupo  tratando de encontrar algún hueco por donde poder adelantar hasta que en el km 2,5 me encuentro con el primer barrizal de la jornada. Se ralentiza la marcha y se forma un gran embotellamiento  ya que la gente se detiene e intenta pasar por los laterales ensuciándose lo menos posible, y en esas estoy yo, avanzando con la delicadeza de una esbelta bailarina que interpreta  el Lago de los Cisnes. De repente una voz interior me dice: ¡Oye figura! ¿Que yes una modelo de la Pasarela Cibeles o un corredor de montaña? Mano de santo ¡zas! por todo el medio. Ahora que ya estoy de barro hasta los tobillos se acabaron los remilgos. Pasamos por la Planta de Fuensanta y casi por sorpresa llega el primer avituallamiento donde hay mucho público. Estamos en Piloñeta (Km 5,2) y apenas  llevo 30 minutos de carrera. Para mi sorpresa soy casi el único corredor de mi entorno que se detiene y no puedo evitar pensar ¡Coño, pero si aquí no para ni dios¡ ¿El resto de participantes serán camellos o es que los asturianos con orbayu no necesitan beber?.
Saliendo del primer avituallamiento todavía con el bidón en la mano
Bebo lo más rápido que puedo,  cargo los bidones y arranco sin perder más de un minuto/minuto y medio. En cuanto cojo pista libre y puedo correr veo  que alcanzo ritmos ligeramente inferiores a 5 min/km y eso para mi es mucho En el km 6 giramos a la izquierda y comenzamos el ascenso a Peñamayor por un sendero conocido como el Peranchu y que discurre por el interior de un bosque de castaños. Ascendemos por sendero y en fila de a uno siguiendo el trazado lo que aparenta ser la tubería de una traída de agua. Tenemos un típico día de la seronda asturiana con cielo gris y temperatura agradable, con  humedad elevada y un orbayu que se va convirtiendo en niebla cada vez más densa y cerrada a medida que ascendemos. Coronamos el Collau Oroxu y enlazamos un tramo  descendente que nos conduce hasta el segundo avituallamiento (km 10) que alcanzo en 1h:24':39".
Tramo de sendero descendente que  conduce al segundo avituallamiento
Ante nosotros se muestra imponente la cumbre de Peñamayor emergiendo entre la niebla.  Parada lenta  en el avituallamiento, otros  500 metros llanos y  comenzamos la ascensión final a cumbre por un tramo técnico y empinado que me recuerda la subida al Cueto San Mateo en la Bisofera Trail. La niebla es cada vez más densa y la visibilidad disminuye hasta que vemos  al voluntario que marca cima. Paso a su lado y  me desvío del camino unos  5 metros para tocar  cumbre (km 11,7) en  1h:48':30". Soy un purista de la materia y si no piso la cima  no me quedo a gusto. Una  lastima que la  visibilidad se prácticamente nula  porque desde esta elevada atalaya las vistas deben ser espectaculares un día normal.

Panorámica  de la  cumbre de Peñamayor en un día sin niebla
Tramo incial de cresteo/bajada desde la cumbre de Peñamayor
Una vez alcanzada la última cumbre de la temporada comenzamos el descenso por un tramo técnico de piedra y hierba y las sensaciones son muy buenas, aún así evitando euforias innecesarias bajo con  mucha precaución, tratando de seguir la estela del corredor que me precede y que baja más tiempo con el cuelo en tierra que corriendo erguido.

Tratando de seguir al corredor que me precede y que baja literalmente sentado por precaución

 No tengo la sensación de arriesgar, aún así al pasar por al lado un voluntario, nos hace señas para que bajemos el ritmo y  nos indica que en  ese tramo ya se han roto el brazo 2 corredores en el  día de hoy.  Si cabe incrementamos las precauciones al menos  hasta abandonar la zona más compleja del descenso.
Tratando de mantener el equilibrio en el tramo técnico y resbaladizo de la bajada de Peñamayor

Superamos el tramo técnico y entramos en una pista de cemento. ¿Y ahora que? me pregunto a mi mismo  ¿Galopamos un poco Bisonte? y de repente el primer contratiempo serio de un  jornada que estaba saliendo perfecta. Me empieza a doler el vientre. No se si hoy me ha sentado mal la comida del último avituallamiento, la humedad o el magnesio de la salida pero lo cierto es que no me encuentro bien. Valoro la posibilidad de intentar llegar a meta, pero quedan unos 12 kms  y es demasiada distancia. Mi "alien" personal,  el Crohn, lleva con actividad  desde el año pasado y aunque lo tengo más o menos controlado, ya me ha dado guerra en 3 de las últimas 6 pruebas. Son pequeños gajes del oficio que cualquier deportista EII ha sufrido y con los que se aprende a vivir cuando un tramo de tu intestino deja de funcionar correctamente. Hay que quitarle hierro al asunto, no me juego la victoria, el tiempo no me preocupa y es una limitación más engorrosa que grave, además la ventaja para un corredor de montaña es que en el monte siempre hay baños públicos disponibles detrás de cada peña o árbol que te encuentras en el camino. Aminoro el ritmo y trato de encontrar  un sitio adecuado donde poder detenerme. Finalmente encuentro un lugar apartado entre xardones y me salgo del camino con la misma  discreción que mostró   Justin Bieber abandonando el plató de los 40 Principales (él también iba al servicio por lo que tengo entendido ). ¡Joerr! Parece que ultimamente el guión de  mis carreras lo escribe el guionista de la saga Torrente. Allí estoy abonando el monte protegido por la niebla, mientras por una pequeña oquedad entre las ramas de los acebos  veo pasar corredores. No se si parezco un lobo al acecho de sus presas o un gorila de montaña con camiseta de rayas  de los Diane Fossey en "Gorilas en la Niebla".  Un vez solucionado el contratiempo me incorporo a la pista de un salto, observando la cara de incredulidad que pone el corredor que me sigue al verme aparecer de la nada y entre la niebla.  A estas alturas todavía debe de estar preguntándose de donde salió la criatura esa extraña con la camiseta de rayas.

 ¡Uffff! que alivio, ahora vuelo a bajar muy cómodo y con ganas de darle cera a las piernas.

Vista de la bajada de Peñamayor con Les Praeres en primera instancia en un día despejado.
Lastima que apenas 100 metros más tarde entramos en Les Praeres y  a  no más de  500 metros está  el tercer avituallamiento y me rompe el ritmo de carrera. Estamos en el km 15 y llevo  2h:23':47". Parada rápida y comenzamos la empinada subida a La Barallonga.  .

Vista de Les Praeres con el Picu Barallonga de fondo.
Por precaución me gasto las últimas balas de la recamara. Tomo el magnesio y un enantium para prevenir eventuales calambres. Corono, repito el ritual habitual y me aparto unos 2-3 metros de la senda para tocar el vértice geodésico que marca la cumbre. ¡Ya está hecho! Ahora si que solo tienes que dejarte caer hasta meta y que la gravedad haga el resto.
Coronando La Barallonga entre la niebla  tras 2 corredores de rojo
 Por fin podré coger ritmo y bajar rápido, pero para mi sorpresa ¡Zas! amago de calambres en ambos gemelos. ¡Que poco dura la alegria en la casa del pobre!, ¿pero que mi madre ye esto?¿calambres en los gemelos cuesta abajo? Así no hay dios que se organice. De toda la vida los gemelos se acalambran cuesta arriba y los cuadriceps cuesta abajo,  y aquí todo al revés, el otro día  en Redes cuadriceps cuesta arriba y hoy gemelos cuesta abajo...  ¡reeediós, así no hay quién conduzca un tractor de semejante cilindrada!
Bajando camino de les Foces.  Véase el estado de agarrotamiento de mi cuadriceps izquierdo (mete miedo por la cabeza)
Mis mecánicos me confirman que es cosa de la magia negra de  Saruman ( otro que está quemando sus ultimas naves).  Sabedor de que soy un tractor de última generación con un sofisticado sistema electrónico propio de vehículos con mecánica japonesa, ha decidido trucar mi sofware. Mientras estiro los gemelos agarrado a un árbol, llamo a boxes y le digo al equipo técnico ¡a tomar pol culu la electrónica! ¡desconecta-y todos los aparatos  que  vamos a correr a a la vieja usanza!. Arranco de nuevo cuesta abajo con más miedo que vergüenza y con la sensación de ser un corredor más tierno y blandito  que un sandwich de nocilla en pan Bimbo.

Tramo final debajada por un precioso tramo de bosque.
Acabamos la bajada fuerte y entramos en les Foces del río Pendón. Un sendero de piedra estrecho y casi llano que discurre por un paraje precioso. ¡Vamos figura dale brío.! ¡Empiezo a correr y con una facilidad pasmosa voy adelantando de nuevo  corredores. Tengo la sensación de que este viejo  tractor Massey  Fergusson tiene  muchísimo más motor  que mecánica, pero es lo que hay y son las piernas las que limitan mi desempeño. De nuevo vuelvo a mantener ritmos sostenidos que rondan los 5 min/kms,
Corriendo por les foces del río Pendón (voy de lado pa no salirme en las curvas)
 Salimos de les Foces y nos encontramos con el último avituallamiento (km 21). El reloj marca 3h:00':59". Allí veo de nuevo a mi buen amigo Chano, que arranca justo en el momento en que yo llego. Me hidrato bien y arranco el último tramo. Solo quedan 4 kms a meta y son muy sencillos pero me vuelven a dar guerra los gemelos, así que soy incapaz de  correr de continuo. A unos 3 km de meta alcanzo a Chano. Le pregunto que tal va y si quiere que le acompañe y me dice que siga, así que sigo y apenas 200 metros  después alcanzo a Saul Jimenez, otro miembro de la legión leonesa que está a punto de conseguir su chaqueta de finisher. Me sorprende alcanzarle  porque este corredor es de los buenos y siempre me saca un mundo en carrera por montaña pero hoy  viene tocao de un tobillo. Le doy ánimos y sigo para delante con la moral que da venir desde atrás hasta que vuelvo a pasar por el famoso barrizal de la salida. Esta vez cruzo   sin miramientos y me pongo de barro hasta las trancas. Madre de diós, en vez de zapatillas parece que llevo madreñas o grilletes en los tobillos, y a más peso en los pies mayor desgaste muscular, justo lo que me piden mis gemelos que se arrancan  a cantar flamenco de la alegría.

Los siguientes 500 metros vuelven a ser propios de un película de Torrente. Cualquiera que que me viese fácilmente pensaría  en un fenómeno de posesión paranormal, en edema cerebral producto del mal de altura  o en locura transitoria.  Me voy frotando contra los postes de la luz, los matojos de hierba y prácticamente cualquier cosa que encuentro en mi camino con el fin de quitar el exceso de barro de mis pezuñas. Es una situación intermedia entre dar coces como un burro y mear los postes como un perro en celo que marca su territorio.

 ¡Cago en mi maquina! No pueden quedar más de 1500 metros a meta y yo haciendo el bobo.  Más por orgullo que por ganas arranco a correr, a lo lejos intuyo lo que parece ser el polideportivo de Nava  y es como si en mi cabeza sonara la campana que indica la última vuelta en una carrera  en  pista. Algún relé me hace click y el único pensamiento es correr como si me persiguiese un grupo de leones hambrientos. Veo como paulatinamente y en constante progresión aumenta la velocidad en el Garmin 4:25..4,02...3,47....3,29...y al final del tramo más pendiente de bajada por asfalto un fugaz 3:05 ¡acojonante!!! Giro a la izquierda y quedarán unos 500-600 metros a meta. Últimos 500 metros de la temporada, las piernas piden clemencia, pero la cabeza no da tregua, estos últimos metros se corren con el corazón. Me pregunto como puede ser que apenas 1000 metros antes me fuera arrastrando y ahora este corriendo como si no hubiera un mañana y la respuesta es que LA CABEZA lo es casi todo en este deporte. Recibo los ánimos de Adrián Rubio y otros compañeros que ya han acabado y los aplausos del publico, supero con una facilidad sorprendente al corredor que me precedía y que me sacaba unos 200 metros apenas 700-800 metros atrás (lo que idea de que debo ir unos 2,30 min/km más rápido que él) y entro en la recta de meta con la emoción contenida y condensada de una temporada completa de carreras por montaña.

Enfilando al galope la recta final de meta
Cruzando la pancarta de meta con el gran Demonión de Nembra
Apretando los dientes tras cruzar la última meta de la temporada

Tras correr el último km ligeramente por debajo de 3,30 min/km alcanzo la meta en el puesto 158 de la general (sobre 308 corredores en meta y unos 320 en la salida) con un tiempo de 3h:21':48", a 1h:08:58" del ganador que fue Raul Garcia Castán con 2h:13':03"

Con la inmensa satisfacción que solo las cosas que se consiguen a base de esfuerzo pueden aportar y tras recuperar el aliento, lanzo el pesado anillo (a veces bien parecía una rueda de molino) que arrastraba desde el inicio de la Seronda en un inmenso tonel de sidra y veo como los taninos de la conocida  "bebida sagrada astur" lo derriten ante la impotente mirada de Saruman.  ¡Lo conseguí! La chaqueta de finsiher ya está en mi poder y para mi  tiene un mérito enorme. Finalmente he conseguido la posición 79 de la general sobre los 89 corredores que han conseguido la ansiada prenda.

En meta tengo tiempo para disfrutar del tercer tiempo de la última carrera de la temporada. Tiempo  para hacerme fotos con un montón de amigos corredores y para charlar amigablemente con muchos compañeros de fatigas: con Alberto y Ramiro dos titanes leoneses del equipo Interval , con el señor  Daniel Agredano con quién espero poder compartir muchas más carreras el año próximo , con el gran Chano Moran,  con el sajambriego Julio Martino,  con el vaquero del trail asturiano Guille Llera y por último con  don Adrian Rubio, un Xatu del Nalón que corre como un diablo y al que todavía no ha podido vencer el Bisonte (pido disculpas si me olvidado de alguien).

Con Adrián Rubio: El Xatu y el Bisonte compartiendo podium
Con 2 clásicos del trail leonés, los chicos del interval Ramiro y Alberto.
Foto de familia con los 89 finisher de la Seronda Trail Series 2016
Ha sido una temporada fantástica, la mejor desde que volví a correr en el año 2011 tras 15 años alejado del atletismo. Si la máxima del deporte es conseguir el sueño olímpico del "altuius, fortius, citius", este año he volado más alto (superando los 30.000 metros de desnivel acumulado), más rápido (La Batallona fue una grata sorpresa para mi) y más lejos (alcanzando por primera vez la barrera de los 60 kms en carrera de montaña en la Travesía de los Montes Aquilianos).

Cuando me  faltan pocos días para pasar oficialmente a veterano, cabe recordar el que quizá sea mi único elemento diferencial respecto a otros corredores y es que NUNCA me he retirado en 40 años. He competido en  cross, pista, pista cubierta, carreras populares de carretera, medias maratones, carreras de montaña e incluso una ultramaratón de montaña y siempre he conseguido alcanzar la meta. Algunas veces competí para ganar o para alcanzar podiums (las menos), otras para conseguir puestos y tiempos aceptables y últimamente solo con el noble fin de alcanzar la meta; He tenido momentos buenos, malos y regulares; he atravesado ríos, he corrido con nieve, bajo lluvia torrencial, con el barro por encima de los tobillos, con granizo, con frío y con temperaturas superiores a 30 grados y a pesar de los inconvenientes siempre he conseguido encontrar las fuerzas necesarias para alcanzar la meta. Está claro que no soy el corredor más rápido, ni el más resistente, pero sigo siendo LENTO, FIABLE y DURO como pocos. Ojala los viejos dioses celtas de mis ancestros le conserven  a este viejo Bisonte  la fuerza necesaria para seguir acabando carreras muchos más años (otros 40 años no estaría nada mal).

Solo me queda agradecer a TODOS los fotógrafos por las horas desinteresadas que pasan en los montes para hacernos esas fotos que ilustran nuestros recuerdos, a TODOS  los organizadores y voluntarios  por el tiempo que nos dedican para que los corredores podamos disfrutar de nuestra pasión y por encima de todo, a TODOS Y CADA UNO de los compañeros con los que he tenido la inmensa fortuna de poder compartir kilómetros, esfuerzos y sufrimientos en carrera, porque sin vosotros las carreras no serían lo mismo.  MUCHAS GRACIAS A TODOS y nos vemos corriendo  por montaña en 2016.

Esto es lo que queda del Bisonte del Carbayedo a estas alturas del año

domingo, 18 de octubre de 2015

Sobrescobio Redes Trail 2015

Son las 5 de la mañana y toca levantarse. Debería estar durmiendo en mi casa de  Asturies, pero un imponderable de última hora alteró mis planes y al final me ha tocado viaje largo. Visualizo al Coronel Anibal Smith diciendo su típico "me encanta que los planes salgan bien" y no puedo más que pensar que por algo él está en el EQUIPO A y yo estoy en el EQUIPO Z (o dicho de otra manera, mi vida la escribe el guionista de  Guerra Mundial Z).  Desayuno, compruebo el material e inicio viaje. Por delante tengo unas 2 horas de trayecto  antes de llegar a Rusecu. Recojo el dorsal a las 8 de la mañana, intercambio opiniones con dos de los  grandes del trail leones: la incombustible  Estelita Santín y el muy recuperado  Oriol Barrera, al que es un placer ver de nuevo compitiendo por montaña y  como es habitual no llego tarde a la salida de puñetero milagro.
Espectacular vista del Parque Natural de Redes
Otra vista del Parque Natural de Redes donde se puede apreciar la ortografía del terreno 
A las 8:30 dan la salida. Salgo de los últimos y al pasar por meta escucho al demonión del speaker  decir "ahí va el tractor amarillo del Bierzu". Con estas palabras comienza la segunda entrega del TRACTOR DE LOS ANILLOS: las 2 torres de Redes. Salgo muy lento y con el limitador de velocidad activado. A estas alturas voy con el último motor de la temporada, ya he quemado todos los demás motores que tenía asignados y si opto por un cambio adicional, la federación mundial de tractorismo, que ya me tiene  bajo investigación por correr demasiado rápido en La Batallona, me ha amenazado con no dejarme competir  de nuevo hasta que a Belen Esteban le den el Nobel de literatura o a Sergio Ramos una silla en la Real Academia Española de la Lengua.

Setecientos metros llanos por carretera, un tramo sencillo por senda en el bosque, atravesamos la aldea de Villamorei y entramos en una senda que nos permite ganar altura de manera muy liviana mientras bordeamos el embalse de Rusecu por su vertiente izquierda.

Embalse/Banzáu de Rusecu con el pueblo de Rusecu al fondo (salida) 
A pesar de llevar solamente 6 corredores por detrás,  consigo pasar  el km 3 en 25 minutos (a 7,1 km/h). Voy a ritmo de ser sub 5 horas, lo que da idea de la sencillez de este primer tramo de la prueba. Bordeamos  un merendero con unas vistas espectaculares sobre el embalse en el mismo momento en que la luz del día le gana la batalla a la oscuridad de la noche. Yo sigo conduciendo mi tractor con parsimonia mientras muchos de mis acompañantes conducen vehículos de gama alta y elevadas cilindradas, no obstante les estoy esperando en las abundantes zonas de barro que supongo encontraremos a lo largo del recorrido.

Conduciendo mi tractor a la entrada del bosque de Redes (km 3 aprox)
El leonés Oriol Barrera volviendo por sus fueros en Redes
Giramos   a la izquierda e iniciamos la carrera por montaña en sentido estricto. Es un subida vertical y constante por el interior de un precioso bosque de carbayos, fayas, con  algún xardón y otras especies vegetales de fueya caduca. Aquí comienza mi particular batalla contra  la primera de las 2 torres de Redes que debo derribar si quiero pelear por "mi tesoro" la chaqueta de finisher.

El bosque de Redes luce espectacular en Seronda/otoño
Desconozco que estará tramando Saruman para tratar de detenerme, pero mis espías, que trabajan a sueldo para el pequeño Nicolás, así que no son excesivamente fiables,  me han informado que tras su sonado fracaso en la prueba de Sayambre, el muy capullo se había conjurado para que mi futuro fuese más oscuro que el del ingeniero jefe que diseño los motores diésel del grupo Volkswagen. Al parecer acaba de trasladar la sede de su empresa desde Mordor a España, aprovechando que con la reforma laboral  es muchísimo más infernal la legislación laboral en nuestro  país que en su país de origen. Dado que despedir es muy barato, ha creado un inmenso ejercito  de orcos moldeados con la ingente cantidad de barro que adorna los húmedos suelos del Parque Natural de Redes. Y para esta aventura no tengo comunidad del tractor que me sirva de apoyo, por lo que deberé afrontar este reto más solo que la única neurona de Cristiano Ronaldo. Seguimos ascendiendo y en un claro del camino me detengo para echar la vista atrás y me encuentro con una vista sencillamente sublime.  Todo el valle sobre el embalse de Rusecu esta cubierta por nieblas bajas lo que produce  el efecto óptico de divisar un mar de nubes y yo me encuentro sobre dicho mar disfrutando de un precioso y despejado día más propio de primavera que de Otoño.

Sierra del Crespón con el sendero a media altura por donde discurre la Redes Trail
Atravesamos un descampado y continuamos ascendiendo la Sierra del Crespón en dirección a  la Mayada de l'Arganosa hasta alcanzar un estrecho sendero más o menos llano que cuelga del lateral de la montaña. Estamos corriendo sobre la canalización que lleva el agua desde la Fuentona de los Arrudos hasta Xixón. Se trata de  un sendero estrecho, en algunos tramos la caída es importante y sin ser excesivamente peligroso, si hay una cuerda de apoyo anclada en la pared derecha (especialmente en el tramo del Rearcu). Atravesamos la Mayada de Llampaces, y la zona más peligrosa del Rearcu,  Pasamos por la Collá Cabera y bajamos en dirección al Mayáu de Prieya donde nos espera el primer avituallamiento de la jornada.

Vista del recorrido desde la Collá Cabera con el Mayáu de Priera al fondo

 Pasamos el primer avituallamiento (km 8) en 1h:35':25"  y comienza el tramo más pindio de todo la prueba, hasta que enlazamos la subida final .por una preciosa arista hasta coronar el Picu Cogollu (1224 metros). Toco cumbre (km 11) en 2h:19':11"  y erróneamente pienso que la primera torre ya la tengo superada. Comienza la bajada y tras un primer tramo técnico por roca, entramos de nuevo en los dominios de los centenarios bosques de Redes. Barro, raíces, más barro, terreno complicado y sin nada reseñable que contar alcanzo el segundo avituallamiento en Trapa (km 13,6) en 2h:52':34". En teoría el control de paso está en el punto kilométrico 16,5 aprox, es decir, tengo 53 minutos para recorrer apenas 3 kilómetros y estoy convencido que son todos de bajada, por lo que todo tiene buena pinta, sin embargo no me he mirado el plano y para mi sorpresa lo que toca es subir y mucho antes de cantar victoria.
Corredores saliendo del avituallamiento de Trapa
La primera torre tiene una doble cumbre por gentileza de Saruman. Otra subida fuerte por bosque hasta coronar esta segunda cima. Esta vez si que he alcanzado las almenas de la torre, no obstante recuerdo esa máxima que dice que no puedes dar por lograda una cumbre hasta que alcanzas de nuevo la base de la montaña y aparco la euforia. Comienza el descenso. Abajo tengo el único punto de corte de la prueba y debo llegar en menos de 3h.45'. Aunque la bajada es muy sencilla y nada técnica, noto que hoy bajo fatal. Voy a cola de un grupo de unos 8-10 corredores y veo como se alejan todos irremisiblemente.

De repente por radio interna me llaman de boxes:
 - "Frenando" shhhshh "Frenando",  el erizo de tu izquierda "is fasther than you", apártate y déjale pasar.
- ¿Dejarle pasar?¿erizo? Pero si ni siquiera es de mi misma  escudería.

Este es el puñetero erizo que me adelantó bajando camino del control de paso de Puente la Vega
Pregunto por radio a Boxes que sucede  y los mecánicos me vacilan sin piedad:
 - Levanta el pie del freno  "Frenando" Alonso
- ¿Querréis decir Fernando, no? No, queremos decir FRENANDO, porque eres más lento que la Vaca de Milka.

¡Serán cabrones! Lo cierto es que hoy no tengo justificación posible. No hay ningún problema mecánico o muscular, sencillamente voy sin confianza y bajo con una torpeza infinita.. Es como si llevará puesto un limitador  de revoluciones que me impidiese bajar a un ritmo superior. Por detrás me alcanzan 3 corredores más que venían lejísimos y me sobrepasan con una facilidad pasmosa.
Momento en que me adelanta el corredor de verde bajando camino de Puente La Vega 
Pasan los kms y  finalmente alcanzo el avituallamiento del Puente la Vega (km 17,5). Al llegar una chica me pregunta que bebo y le digo que Aquiarius. Me pide el vaso que debemos portar  para llenármelo y le digo que no hace falta, que me dé directamente la botella. Me mira extrañada porque queda más de media botella y será aproximadamente  un litro , no obstante me la da y me la bebo de un  trago...y todavía pido más bebida. Vengo completamente seco, suelo sudar mucho y hoy la humedad me está afectando. Sin perder tiempo arranco y supero el temido "primer control de paso" en 3h:37':10" , constatando que solo me han sobrado  7 minutos para el cierre de control .

Me alcanza Luigi Coto y me dice que  ya lo tenemos . En circunstancias normales le contestaría que si, pero hoy hasta empiezo a dudar. Está última bajada me  ha dejado un poco descolocado. Tengo media carrera por delante y 4h:15 para alcanzar la meta. A por la segunda y ultima torre del día. Comienza la ascensión y la historia cambia por completo. Recibo ordenes por linea interna para pulsar el botón P2 en la parte superior izquierdo del volante de mi tractor  y ponerlo en la posición R4 y es como si de repente el motor recuperase potencia. Al igual que en Sayambre subo con una facilidad asombrosa y empiezo a adelantar corredores sin excesivo esfuerzo, bien es cierto que esta  subida es mucho más sencilla que la la primera
Tramo inicial de subida a la "segunda torre de Redes" tras superar el control de paso de Puente La Vega
El gran Jose Alberto Garcia subiendo camino de Fresnu  con la fuerza de un jabalí 
Tras superar un desnivel positivo de unos 500 metros positivos y  tras una pequeña bajada alcanzamos el avituallamiento de Fresnu (km 22) en 4h:44':43". Allí coincido con un corredor que está pidiendo información para poder retirarse. La carrera está siendo larga y ya me he encontrado varios corredores con problemas de calambres. Yo por suerte hasta ahora voy muy bien, pero no puedo por más que ponerme en su piel y creo que en el trail como en la vida, a la hora de enfrentarse a un problema siempre hay 2 soluciones posibles: tirar la toalla o recogerla del suelo, secarse el sudor y seguir para delante o dicho de otra manera, se puede ser una nenaza y abandonar como Justin Biever, que suspende  conciertos por un simple resfriado, o ser un paisano y luchar hasta el final como Freddy Mercury, que fue capaz hasta el último momento de subirse al escenario y cantar el "show must go on" enfermo terminal de SIDA como estaba. 
El Leonés Manu Caballero corriendo por uno de los tramos más bonitos del recorrido.
Continuo mi trayecto, hasta que en aproximadamente a la altura del km 23 las huestes de Saruman me tienden una emboscada y a punto están de cogerme prisionero. Me da un calambre en la parte inferior del cuadriceps derecho. Creo que ha sido ocasionado por la flecha  de un orco por la precisión del daño y porque sorprendentemente no es normal que esto me suceda subiendo. Me quedan 10 kms a meta y toca tirar de experiencia.  Con calma me detengo y  me aparto a un lado del sendero. Localizo la contractura y la aprieto con los dedos para intentar soltar el nudo . Tomo un  enantium para relajar el musculo,  una pastilla de magnesio para aportar sales, bebo toda el agua que llevo, me tomo  unos 5 minutos de descanso y a caminar despacio. He de decir que los 3-4 corredores que me superan se interesan por mi estado y todos me ofrecen colaboración, sales, etc, un bonito gesto que ennoblece este deporte de caballeros. Noto una mejoría automática, lo que me hace pensar que el calambre era más propio de la deshidratación fruto de la sudoración excesiva, que del desgaste muscular propio del sobreesfuerzo. .

Tramo final de subida ala segunda torre de Redes con Luigi Coto y Carmen Suarez Corujo  pasando entre las vacas
Continuo  ya sin dificultades por este falso terreno ascendente hasta coronar finalmente la segunda torrre de Redes (km 25,8) en 5h:36':35". Se supone que solo quedan unos 7,2  kilómetros a  meta y  ya es todo descendente. A ver si hoy me responden los cuadriceps.  Comienzo la bajada y me voy encontrando cada vez mejor. Salvo en los tramos más técnicos que bajo con precaución, la bajada es muy sencilla, los cuacriceps me respetan y  bajo a un ritmo muy aceptable. Ni rastro del temible ejercito de Saruman. Al parecer el diablo ejerce como mi ángel de la guarda particular y  ha decidido ponerse de mi parte. Se rumorea que delante mía iba una asistenta social del ayuntamiento de Mieres, que al ver a unas criaturas  con rasgos mongoloides, sucias, desaliñadas y más feas que Talant Dujshebaev comiendo limones (como no van estar sucios los orcos si están hechos de barro), los confundió con refugiados sirios y les ofreció amablemente su ayuda, consiguiéndoles el permiso de residencia español, una renta básica de garantía de 429 euros mensuales, comida y ropa en Caritas y hasta un piso a compartir en Turón, Ahora venden vasijas de barro por las ferias de los pueblos, viven 15 en la misma vivienda y hasta envían regularmente dinero por Western Union a sus familiares de Mordor.
Bajada final a meta con el pueblo de Rusecu al fondo
Ya sin enemigos a la vista, el panoramo es más sencillo, sin embargo gasté toda el agua para atender los calambres en el km 23, llevo kms sintiendo sed y eso es una incitación en toda regla para la reaparición de los temidos calambres. Voy buscando sin suerte el último avituallamiento como un loco, viendo como pasan los kilómetros uno tras otro.  Entro en un núcleo urbano y el GPS marca ya 31 kms  por lo que pienso que estaba equivocado y que ya voy para meta, cuando por sorpresa aparece el último avituallamiento en Ladines (km 31,6). Dudo si parar o seguir porque en teoría la meta debería estar a poco más de mil metros, pero la sed vence la batalla y decido parar a beber. Aprovecho para bañar en reflex mis castigados cuadriceps, bebo agua (de nada me va a servir el isotónico a un km de meta), pregunto cuanto me queda y  me contestan  que 3 kms. Me da un bajón anímico automático, pero  llevo 6h:22':31" en las piernas  y esta meta en cualquier caso está demasiado cerca para dejarla escapar.

Salgo del avituallamiento andando y con muy malas sensaciones. Creo que he bebido en exceso y voy muy incomodo, ademas la cabeza falla. A los 500-600 metros me encuentro unas voluntarias:- ¿Cuanto queda?- 3 kms me responden. ¡Me cago en ros! esto  no tiene fin. Más por pundonor que por ganas vuelvo a correr hasta alcanzar a un corredor que viene fundido. Le pregunto si conoce la prueba y cuanto queda y me dice que la conoce y que quedarán unos 3 kms. ¡La madre que me parió!  Definitivamente acabo de entrar en MATRIX . Busco en mi bolsillo trasero mientras  pienso si debo de  tomar la pastilla roja o la azul para abandonar el bucle en el que me encuentro inmerso.  Mi cabeza empieza a realizarse preguntas absurdas del tipo ¿Estará Gobitu Bode trabajando para Saruman?...o lo que es peor ¿será Gobitu el mismísimo Saruman?  Raparse la larga melena blanca al cero y ese carácter jovial y campechano del señor Bode sería una tapadera perfecta para sus fines. Nadie sospecharía jamas de un organizador carismático como él, pero debería haber presentido algo  ayer cuando rebajo una hora el tiempo límite para entrar en meta y  ahora nos "regala" unos kms y unos 200-300 metros a mayores de desnivel acumulado sobre la hoja de ruta. Aparco la idea de las conspiraciones para más tarde, aunque no le quitaré ojo a Gobitu esti a partir de ahora, y me centro en acabar mi misión. Sigo alternando el correr en los tramos menos pendientes, con caminar en las bajadas pronunciadas para proteger mi maltrecho cuadriceps derecho.  Salto  un canciella que cierra el paso de la pista por la que transito  y me digo a mi mismo "a correr figura".

Atleta saltando con garbo la canciella que cerraba el paso a unos 2,5 kms de meta
Poco a poco empiezo a acelerar marcándome el objetivo de intentar bajar de 6h.45. Solo, sin referencias y cansado, veo como pasan los metros, hasta que al salir del bosque encuentro un punto de referencia conocido. ¡Hay que joderse! Conozco este punto porque en estos apartados lares  estuve yo a eso de los 8:25 de la mañana colocando una trampa para osos. Esa fue la razón por la que casi llego tarde a la salida. Mira tu  por donde un apretón a escasos minutos de la salida se puede convertir en una buena noticia casi 7 horas después, no cabe duda que los caminos del señor son inescrutables. Se que ya estoy a unos 400-500 de la meta, y como si me hubiesen inyectado adrenalina, al oler la meta tan cerca me vengo arriba.  Empiezo a subir el ritmo y entro en el pueblo corriendo como un poseso para entrar en meta esprintando como si me estuviese jugando el campeonato del mundo de skyrunning.

Galopando a unos 150-200 metros de meta junto a la señal de peligro: animales sueltos
Lo de entrar en meta corriendo es idea de mi representante y lo hago por puro marketing. Al verte entrar rápido en meta,  el público tiende a pensar que corres despacio porque quieres y de esta manera consigues desviar la atención de la realidad y es que llegas tan atrás en las carreras porque eres más lento que la vaca morada de Milka (como bien me habían recordado mis mecánicos camino del control de paso).

Al final me salen 34,87 kilómetros (casi 2 km más de lo estimado). Cruzo la pancarta final  con un tiempo de 6h:43':30" en el puesto 210 de la general sobre 266 corredores en meta, a 2h:55':02" del ganador que fue un inmenso Raul Cámara Pérez con 3h:48':28".
Tras cruzar la línea de meta
Para acabar es hora de extraer conclusiones:

1.- En meta tuve la inmensa fortuna de poder conocer en persona al Señor Raul Cámara. Este deporte es especial por cosas sencillas tales como que el corredor  210 de la general se pueda permitir el lujo de hablar amigablemente con el ganador, sintiendo la humildad y el respeto propio del campeón que tienes enfrente. Supongo que la montaña iguala a la gente y los buenos corredores respetan y valoran el esfuerzo de los corredores más lentos como yo. Esperemos que nunca se pierda esta esencia tan propia de nuestro deporte.

2.- EDP Sobrescobiu-Redes Trail es un CARRERÓN ESPECTACULAR (con mayusculas). Larga, dura y muy bonita. Con el tiempo ocupará un lugar predilecto en el calendario nacional, desbancando a otras pruebas con más nombre y más presupuesto , pero como ha dicho muy  acertadamente el señor Lolo Diez, con mucha menos alma. Correr por estos bosques casi inalterados por la mano del hombre es un privilegio y los corredores deberíamos saber apreciarlo y agradecerlo. Por mi parte quiero dar un millón de gracias al  señor Alberto "Gobitu" Bode y espero que  lo haga extensivo al resto de miembros de la organización y a todos los voluntarios.

3.- Gracias a las 2 semanas de descanso y a la labor de mi físio, hoy me he encontrado mucho mejor que en Sayambre, pero llego a estás carreras  muscularmente fundido. Pese a todo, hoy he conseguido derribar  las 2 torrres de Redes y ganar la segunda batalla de mi particular trilogia a mi archienemigo Saruman. Ya tengo el chaleco y una de las mangas, pero me queda la otra manga. En apenas dos semanas el desenlace final será en tierras del conceyu de Nava, lugar donde tiene su origen la casa solariega de Don Rodrigo Álvarez de las Asturias, primer Álvarez de la historia y por definición ancestro mio. así que de alguna manera correré en casa. Sobre las rocas y la tierra de Peña Mayor tendrá lugar la madre de todas las batallas y asistiremos al tercer y ultimo episodio de "El TRACTOR DE LOS ANILLOS: El retorno del rey bisonte"

Mucha suerte a los 91 compañeros que la igual que yo, se juegan la chaqueta de finisher en la tercera y última prueba de la seronda.

Nos vemos en Nava compañeros
Perfil de la II EDP Sobrescobiu-Redes Trail
Mapa de la II EDP Sobrescobiu-Redes Trail