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martes, 2 de octubre de 2012

III Carrera de relevos Camino de Santiago


A pesar de haber nacido y crecido en una población situada en el  primer y original camino de Santiago (el Camino Norte) y  a pesar de que la tumba del Apóstol Santiago fue descubierta bajo el reinado de  Alfonso II El Casto, cuando Galicia formaba parte del reino de Asturias, lo que en cierta manera debería influir en que sintiese el camino como algo propio, lo cierto es que nunca he sentido ninguna atracción especial  por dicha ruta. Quizás sea porque los pueblos que habitaban al norte de la cordillera Cantábrica fueron tardía  y escasamente romanizados  y todo lo que suena a Roma nos resulta extraño (incluido el Dios traído de tierras lejanas que en los estertores del imperio  introdujeron en la piel de toro) o quizás   será porque considero que nada le debo al apóstol  ni nada me debe el a mi, así que digamos que mantenemos una relación de indiferencia mutua.

No obstante  esta prueba siempre constituye una buena disculpa  para realizar un pequeño tramo del Camino Francés  y eso a pesar de que la prueba no discurre por ningún  paisaje especialmente destacable, sin embargo  el hecho de tratarse de  una prueba por relevos en un deporte tan individual como el nuestro,  la convierte en algo diferente y le da un toque especial. Aún con todo,  me da la sensación de que por alguna extraña paradoja del destino, quizás sea el Karma o sencillamente que el apóstol me la tiene jurada, las dos veces que he participado en esta prueba me han salido dos carreras cuando menos lamentables.


Carrera de relevos Camino de Santiago 2011: Tramo  Manjarín- Molinaseca

El año pasado participé por primera vez en la prueba, y más concretamente en el tercer tramo, el llamado "tramo de la muerte",  unos 16 km  de bajada constante y pronunciada con unos 1000 metros de desnivel negativo. Para mi fue de largo la carrera en la que peor lo pase del año 2011. A partir del kilómetro cinco me tuve que detener con la planta de los pies completamente quemada  (a día de hoy todavía desconozco las causas que provocaron dicho contratiempo)  y a partir de ese momento  llegar a meta se convirtió en una autentica odisea. Andando la mayor parte del recorrido, corriendo de puntillas o tratando de apoyar la menor superficie posible del pie, buscando las cunetas para evitar el asfalto y haciendo verdaderas peripecias logré completar la prueba, aunque luego estuve 2 semanas parado con la piel de la planta de los pies  levantada.


Este año pensé que seria distinto  pero desgraciadamente estaba equivocado. Como vengo arrastrando problemas musculares desde hace tiempo, le pedí al equipo que me dejasen participar en  el tramo más cómodo de los 3 relevos, el que discurre entre entre Villadangos y Hospital de Órbigo, un recorrido completamente llano y de prolongadas rectas por caminos de tierra.


Salida en Villadangos del Páramo


En la salida de Villadangos pocos corredores  y muy buen ambiente.  Comienza la prueba y arranco en un puesto bastante avanzado  para posteriormente   dejarme ir  a  un ritmo cómodo  hasta  acoplarme  a un grupillo con Menchu Llamazares y otros corredores del Interval Running.  A un ritmo de 4,20- 4.25 min/ km discurren los primeros km de la prueba.  Antes de llegar a  San Martín del Camino empieza mi calvario de los últimos meses. Comienza   a molestarme el gemelo izquierdo pero no le doy mayor importancia, sin embargo a los 500 metros el dolor se hace muchísimo mas intenso y me veo obligado a detenerme para estirar. Intento arrancar de nuevo y hasta consigo pasar  por el km 5 con un tiempo aceptable de 22':21", pero en esta ocasión  tengo la sensación de haber metido el pie en un cepo de caza y debo detenerme de nuevo.


Entrando en  San Martín del Camino



Para mi la carrera ya se ha acabado y apenas  llevo unos 5,5 km de la prueba. Quedan 2 posibles soluciones, la primera es abandonar (nunca la contemplo como  opción) y la segunda llegar a meta como buenamente sea posible, y finalmente opto por lo segundo. Quedan algo más de  6 km  y una recta inmensa e inacabable por delante, pero lamentándose no se avanza así que a caminar toca. Veo como me superan uno tras otro un montón de corredores a los que no puedo seguir, aunque cada km hago el esfuerzo de intentar  correr algunos cientos de metros antes de  volver a caminar. Cruzo sobre  la Presa Cerrajera (la cual conozco desde que Talo la menciono en uno de sus artículos) y llegando al km 9 me adelanta un grupo de unos 6-8 corredores comandados por un corredor de Valladolid que me anima a sumarme a correr con ellos. Con más pundonor que ganas comienzo a correr y al llegar al km 10 (por donde paso con un pobre registro  de   50':48"), como el tiburón que huele la sangre en el medio del océano, intuyo la proximidad de  la  meta y decido realizar un último esfuerzo. He tenido 5 km para decidir que la temporada se ha acabado para mi, y puesto que  esta será mi última carrera, no quiero entrar en meta andando. Por vergüenza torera acelero el ritmo y consigo acabar corriendo el último km y medio a un ritmo de 3:52 min/km


En meta puesto 54 (sobre 82 corredores ) con un tiempo total de 55':47" para completar los 11.840 metros  de los que constaba la prueba (en realidad me salieron nada más 11.350 metros aprox.), a 16'45"  del ganador Miguel Angel Rabanal San Roman.

Y como he comentado previamente, llevo medio año  arrastrando problemas musculares  que cada vez van a más, así que lo más prudente es dar por concluida  la temporada. Ha sido una año irregular, con muchas más sombras que luces, pero viendo las cosas que se ven (como la muerte de una atleta este fin de semana en La Cavalls del Vent),  me puedo considerar muy afortunado.

Aprovecho estas últimas lineas  para daros las gracias a todos los amigos y compañeros que durante este año  habéis compartido conmigo  kilómetros, experiencias y alguna que otra confidencia por las carreteras, caminos, cortafuegos, caleyas, senderos de cabras y cumbres de este precioso territorio Leonés. No es un adiós, simplemente un hasta luego. Es hora de esconder  el calzado deportivo en algún lugar recóndito del garaje, hora de parar completamente, desconectar  y recuperar las ganas por  correr y competir. Si todo sale bien volveremos con más ganas a mediados de diciembre  (Cross Alpino de la Peña del Tren), aunque lo más factible es que ya no vuelva a competir hasta el año 2013.

Mucha suerte a todos en lo que os resta  de temporada y espero que consigáis vuestros objetivos,

Nos vemos corriendo,